El piloto australiano se sincera con Mow: «Llega un momento en el que empiezas a dudar de todo».
Jack Miller, el carismático piloto australiano del Pramac Yamaha, se ha sincerado una vez más en una entrevista con MOW, ofreciendo una mirada sin filtros a su presente en MotoGP, sus raíces y las incertidumbres que rodean su futuro con la llegada de Toprak al equipo. Desde su hogar en Europa, junto a su esposa e hija, el «aussie» no esconde su nostalgia por la vida en su tierra natal.
Un alma australiana en el paddock de MotoGP
A pesar de su compromiso con el Campeonato del Mundo, Miller confiesa que hay aspectos de Australia que echa de menos profundamente. “Quizás un poco del estilo de vida, toda la libertad que tengo allí. Pescar, vivir cerca del océano y tener una granja, una pista de motocross… Me gustan las cosas simples de la vida”, comparte el piloto, según lo recogido por MOW.
En el plano deportivo, el piloto se muestra satisfecho con su rendimiento actual. Reconoce que adaptarse a un nuevo equipo tras una temporada complicada no fue un camino fácil. “Seguía creyendo en mí mismo, pero llega un momento en el que empiezas a dudar de todo. Me sorprendió gratamente verme tan rápido”, admite. La motivación, sin embargo, permanece intacta: “Solo hay una razón por la que me importa tanto lo que hago: quiero ser competitivo”.
La evolución personal de Miller a lo largo de su carrera en el Mundial es evidente. “Tengo treinta años y lo único que no ha cambiado en mi vida son las carreras. Tuvimos una pandemia, pasaron muchas cosas. Pero las carreras siempre han estado ahí”, reflexiona, destacando la estabilidad que las motos le han proporcionado en un mundo en constante cambio.
Apoyo incondicional a Bagnaia y gratitud a Ducati
Uno de los momentos más reveladores de la entrevista llega cuando Miller habla de su excompañero de equipo, Pecco Bagnaia, a quien defiende con vehemencia. “Ganó once carreras en 2024 y la gente dice que no es capaz. ¿Qué más quieren? A mí también me gustaría tener una temporada de mierda como la suya”, comenta con su característica franqueza. Para Jack, el apoyo en los momentos difíciles es crucial: “Cuando estás en una mala racha, necesitas gente a tu alrededor que crea que el problema se puede solucionar. Si no, es imposible superar la tormenta”.
La gratitud hacia Ducati y, en particular, hacia Gigi Dall’Igna, director general de Ducati Corse, es palpable en sus palabras. Miller recuerda con cariño su etapa en la marca italiana: “Todo lo que dijo que haría por mí, lo hizo. Fue un maestro extraordinario”, un testimonio de la fuerte relación que forjó con la cúpula de la fábrica de Borgo Panigale.
Respecto a su futuro y al fichaje de Toprak Razgatlioglu de su equipo, el Prima Pramac, Miller se muestra sereno y directo. “Claro que me interesa. Yo hago mi trabajo y mi jefe tomará sus decisiones”, afirma, dejando claro que su enfoque está en el rendimiento en pista. Lejos de la preocupación, Miller ve con buenos ojos la posible llegada del turco a MotoGP: “Si llega, será genial para el campeonato. Si no, él sigue haciendo un gran trabajo en Superbikes”, concluye.
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