Después de quedarse a las puertas del podio en el Gran Premio de Portugal, Franco Morbidelli ha podido conseguir la tercera plaza del cajón en Jerez. El italiano tuvo una intensa batalla con Bagnaia, al que no pudo ganar.
Tras la falta de sensibilidad en el brazo de Fabio Quartararo y su constante pérdida de posiciones al final de la carrera, Franco Morbidelli ha sido, una vez más, la primera Yamaha de la parrilla. Se quedó rozando el podio en Portimao, pero consiguió subir a al tercer escalón del podio en el Gran Premio de España. Eso sí, luchó por la segunda posición hasta la bandera a cuadros, en un cuerpo a cuerpo con Pecco Bagnaia, que se coloca tras Jerez como líder del Mundial de MotoGP. Ante el buen rendimiento del italobrasileño, muchos -incluso él mismo- todavía se preguntan por qué la fábrica japonesa no le da la oportunidad de rodar con una M1 2021, teniendo que rodar esta temporada con la de 2019 por culpa de la pandemia.
Un podio que vale mucho: “El año pasado gané carreras y fue bueno, pero esta temporada el coeficiente de dificultad ha aumentado y subir al podio tiene un valor mayor. Trabajo duro para hacer lo máximo con lo que tengo y cuando puedo alcanzarlo soy feliz. Hoy lo he dado todo y más, había pocos puntos de frenada en los que estuviera seguro de parar”.
La clave del fin de semana: “Hemos trabajado de forma impecable y esta mañana Ramón -Forcada, su jefe técnico- ha sacado su varita mágica, ha hecho un último cambio justo porque había menos agarre en carrera. He conseguido ser constante y estar muy concentrado. Todos conocéis mi situación, es realmente difícil, pero estoy ahí”.
La relación con Yamaha al no llevar una M1 2021: “Hablé con Lin Jarvis y fuimos muy francos el uno con el otro. Comprendió lo que sentía, pero ambos llegamos a la conclusión de que era sólo mala suerte. Mi contrato, Covid, todo lo ha afectado, sólo espero que lo que el destino me ha quitado me lo devuelva en el futuro”.
Actitud muy tranquila pese a todo: “La verdad es que no estoy tan tranquilo, me enfado y me pasa muy a menudo. Pero tengo a Manu -Manuel Lucchetti, su ayudante- a mi lado y él hace de punching ball (risas). Nos conocemos desde hace mucho tiempo y me desahogo con él, sabe cómo llevarme. Además, en casa tengo muchos amigos que me permiten relajarme”.
El podio da buenas sensaciones para las próximas carreras: “Sólo intento disfrutar de este momento, no pienso en el futuro. En MotoGP siempre es difícil, hoy puedes estar arriba y mañana abajo”.
Batalla con su compañero en la VR46 Academy, Pecco Bagnaia: “Intenté mantenerlo detrás el mayor tiempo posible, pero cuando me pasó en la recta casi no me di cuenta, fue como si me cayera un rayo (risas). Intenté enganchar con él y también ponerle algo de sal en la cola en las últimas vueltas, pero sabía que no tenía el potencial para pasarle”.
Estilo de pilotaje: “Hoy he podido explotar mis puntos fuertes: la frenada y la velocidad en las curvas. También empecé a frenar con dos dedos, porque en algunas frenadas no podía apretar la palanca como quería. No fue fácil al principio, pero luego me acostumbré”.
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