Nadia Padovani ha hablado del gran giro que dio su vida al perder a Fausto Gresini y tomar las riendas del equipo de MotoGP.
Hace apenas cinco años, Nadia Padovani no era consciente del duro golpe que le tenía preparada la vida. En febrero de 2021, como consecuencia del Covid, su marido Fausto Gresini falleció. A partir de ese momento, fue Padovani quien se hizo cargo del equipo de MotoGP, junto a sus hijos. Desde entonces, han sido muchos los triunfos cosechados por el equipo, todos ellos dedicados a Gresini. En una entrevista concedida a Gazzetta Motori, Padovani ha hablado de todo el camino recorrido.
Unos meses antes de su muerte, el propio Gresini le pidió a su esposa que no continuasen con el proyecto de MotoGP. «De repente, Fausto, de la nada, me dijo: ‘Si alguna vez me pasa algo, por favor, vendan todo. Porque las carreras son un mundo difícil. Con lo que obtengan, estarán tranquilos…’. Yo le respondí: ‘¿Pero qué dices? No se hablan esas cosas’. Luego, como él insistía, muy serio, me lo tomé a broma: «Bueno, desde luego, ni se me ocurriría seguir adelante, no sabría por dónde empezar’», recordaba.
Padovani decidió entonces dejar su trabajo como enfermera; una profesión que había mantenido a pesar del éxito de su marido. «Dejar que me mantuvieran nunca ha estado entre mis planes. Siempre he pensado que una mujer no puede depender de un hombre. Hay demasiadas mujeres obligadas a soportar situaciones desagradables, incluso horribles o peligrosas, porque no tienen alternativas, porque tienen hijos pero no pueden permitirse separarse de un marido violento. Siempre hay que estar en condiciones de decidir sobre la propia vida», afirmaba.
«Creo que nuestra forma familiar de gestionar las cosas es ganadora»
La italiana contaba también que tomó la decisión de continuar con el proyecto de MotoGP un día antes del funeral de Gresini. «Para la temporada 2021 no había muchas alternativas, ya estaba todo programado. Se trataba de decidir si ceder o no la actividad antes de empezar con nuestro proyecto de MotoGP en 2022, había compradores. Por eso decidí intentarlo».
A pesar de que, sobre todo al inicio, hubo situaciones complicadas; la dueña del equipo Gresini ha afirmado que nunca pensó en tirar la toalla. Hasta que llegó la primera victoria en la carrera inaugural de 2022. «Algo irreal. Sobrenatural. Era como si Fausto estuviera allí, como si fuera él quien pilotara esa moto. Lo sentía allí, presente. Una emoción única. El corazón se me salía del pecho. Había felicidad, satisfacción, sensación de revancha con aquellos que me habían mirado pensando: ‘¿Pero dónde va esta que no entiende nada?’. Y luego el recuerdo, la prueba de que también teníamos un futuro para Fausto».
Desde entonces, el equipo ha continuado creciendo, hasta lograr el subcampeonato y el ‘rookie del año’ para Alex Márquez y Fermín Aldeguer respectivamente. «Creo que nuestra forma familiar de gestionar las cosas es ganadora. Y sí, creo que el hecho de que haya una mujer gestionándolo todo tiene su importancia. Hemos creado un ambiente agradable y sereno. Una mujer es más empática con la gente, maternal con los pilotos, que al fin y al cabo tienen la edad de mis hijos. Con solo una mirada sé si algo va mal: estoy atenta a las personas, disponible. Sí, soy un poco la mamá de MotoGP», finalizaba.
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