Nakagami analiza la situación de Honda y de Márquez tras ver en primera persona la caída del español en el warm up
El japonés Nakagami fue el único representante de Honda en el Gran Premio de Alemania de este domingo. A las lesiones de Joan Mir y Álex Rins en Mugello, se sumó la baja de última hora de Marc Márquez. El de Cervera sufrió cinco caídas durante el fin de semana y, tras dos fuertes golpes, decidió no correr más riesgos el domingo.
Durante el warm up del domingo, Nakagami rodaba detrás de Márquez en el momento de su caída. Así lo relata el piloto nipón, tal y como nos traslada Manuel Pecino desde el paddock de Sachsenring después de la carrera. “Antes de que se fuera al suelo, yo estaba detrás de él y no podía ver nada raro en su conducción. Su velocidad era buena y no hizo nada malo“, comentaba Takaaki.
“Simplemente perdió la parte trasera por completo, la moto no paró de patinar e hizo un gran deslizamiento“, agregaba. “De alguna manera perdió la parte trasera y tuvo un high-side ,masivo. Honestamente, me asusté cuando vi aquello. Llevamos la misma moto y en un par de ocasiones sentí que la moto me iba a escupir hacia afuera“, aseveraba Nakagami. “No tiene confianza con la moto“, matizaba.
Preocupación por la poca seguridad que ofrece la Honda
Con tres de sus cuatro pilotos lesionados y rozando las 40 caídas entre todos los pilotos en lo que va de año, la crisis en Honda no hace más que aumentar. Si sus pilotos quieren apretar, deben forzar y, esta moto, cada vez parece ser más insegura. Las cinco caídas de Márquez en su circuito predilecto así lo ratifican y Nakagami pide que, al menos en términos de seguridad, la situación mejore.
“Este paquete que llevamos, la moto en sí, no genera agarre. Es fácil tener un high-side en la entrada de la curva“, destacaba el japonés. “Tan pronto como tocas el gas, pierdes el agarre y la moto está siempre derrapando. No sé si es un problema de agarre provocado por la parte mecánica o incluso por la electrónica, pero es muy difícil de manejar“, añadía.
Por último, el único superviviente de Honda, explicaba sus sensaciones así. “Sentía que la rueda delantera siempre se cerraba y que la parte trasera era muy inestable. La moto siempre está moviéndose y agitándose y hace que sea muy complicado apretar“. Y sentenciaba lanzando un mensaje para la marca: “tenemos que hacer la Honda más segura“.
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