Takaaki Nakagami admite que el regreso de Marc Márquez a partir del pasado mes de abril trajo a Honda toda una revolución. Se centró en entender la moto y mejorarla antes que sus resultados y, por ello, ahora acumula tres triunfos en lo que va de año, solo por detrás de Fabio Quartararo. El de Cervera es quinto en la clasificación general, pero tiene a tiro la cuarta plaza con dos carreras por disputarse.
Tras un periodo de máxima oscuridad, se podría decir que Honda ha vuelto a un tono grisáceo en su camino hacia volver a ser la marca ganadora que era. Sin duda, el doblete de esta pasado fin de semana es una prueba de ello y, sobre todo, de que la moto sigue una línea de desarrollo correcta. El 2020 está siendo olvidado, especialmente por ir a todo lo contrario que la moto pedía, en parte, por la ausencia de Marc Márquez y la llegada de Stefan Bradl como sustituto. Al final, correr una temporada completa, con motores congelados, no ayudó en nada a la marca del Ala Dorada que, además, echaba en falta a su piloto estrella.
«Ya habíamos quemado la mayor parte del presupuesto para piezas en las dos primeras semanas», dijo Lucio Cecchinello, haciendo referencia a uno de los peores años de las fábrica y, además, sin posibilidad de trabajar en profundidad por la pandemia del coronavirus, que obligaría a tener un 2021 sin poder tocar, de nuevo el motor. Por ello, han tenido que ir saliendo del paso como han podido y centrarse desde el principio en 2022 como máxima prioridad. El nivel de la Honda en esta temporada estaba, sin duda, lejos de tener un nivel que sirviera para luchar por el campeonato. Y todos los reconocen. Aunque, eso sí, la llegada de Marc Márquez en su retorno en Portimao trajo una esperanza única. Tardó en ver con qué moto se había encontrado pero, desde entonces, ya ha sumado tres victorias en lo que va de año.
Honda perdió el rumbo
«Desde el principio del campeonato el objetivo era luchar por el título, pero desafortunadamente en los test invernales tuvimos muchos problemas y caídas. El año pasado fue más fácil, tenía más confianza en la moto y estaba preparado para estar en el top 5. Este año no ha sido el mejor y hay que entender dónde está el límite. Después de Jerez todo fue mejor. Paso a paso fuimos empujando y entendimos una situación difícil, pero para eso tuvimos que caer mucho. Tuvimos que buscar la confianza y cambiar de moto, perdiendo el rumbo»,comentaba uno de los pilotos de Honda, Takaaki Nakagami, sobre el trabajo que la marca ha tenido que soportar en estas dos últimas temporadas. Pero, sobre todo, la presión y frustración de no lograr resultados al nivel de la marca más laureada del Mundial de MotoGP.
De hecho, resulta curioso que, detrás de Fabio Quartararo como campeón del mundo, sea Marc Márquez el piloto con más victorias en lo que va de año. El de Cervera suma ya tres triunfos, frente a los cinco del francés y, encima, uno de ellos en Misano. Un trazado que no le gusta especialmente y que, además, se gira en sentido horario. Lo cual, hace de esta victoria algo más especial: significa que está más cerca de ser el de antes de la lesión y que 2022 puede ser el punto de álgido de su recuperación al poder luchar por su noveno Mundial.
Y, nadie duda, que ha sido por sus propios méritos que la Honda también ha ido mejorando. «La moto ha mejorado desde que Marc volvió y cada vez es mejor en comparación con el inicio de la temporada. Hemos hecho grandes cambios en comparación con otros pilotos y eso nos da buenas sensaciones con la nueva moto. Soy optimista respecto a la nueva moto, estamos en el buen camino», concluyó Nakagami a los micrófonos de MotoGP.com.
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