
El portugués asume con calma su salida de MotoGP y reclama un relato más humano en el campeonato
En una entrevista concedida a MOW Mag en Misano, Miguel Oliveira abordó con franqueza su situación actual en MotoGP. El portugués, que acumula cinco victorias en la categoría reina, ve cómo su trayectoria se tambalea por culpa de lesiones, decisiones de fábrica y la irrupción de nuevos protagonistas. Pese a ello, se muestra sereno y con un punto de ironía, convencido de que su talento no ha alcanzado aún todo su potencial: “Soy mejor de lo que he podido demostrar”.
En los últimos años, Oliveira se ha perdido numerosas carreras por accidentes ajenos a su responsabilidad. Esa concatenación de contratiempos ha tenido un desenlace doloroso: la pérdida de su asiento en Yamaha Pramac de cara a 2026, donde finalmente se ha apostado por Toprak Razgatlioglu y Jack Miller. Ahora, las opciones que tiene sobre la mesa se reducen a dar el salto al Mundial de Superbike como piloto de referencia o asumir un rol de probador en MotoGP.
Filosofía ante la adversidad
A pesar de este revés, Oliveira no se muestra rencoroso. Reconoce que le duele no dar continuidad al proyecto, pero evita señalar culpables: “No tengo ganas de demostrar nada. No estoy aquí para mandar mensajes del tipo ‘os habéis equivocado’. Me entristece no continuar otro año, sobre todo con el cambio de reglamento que llega, pero he trabajado con gente fantástica en Yamaha y me quedo con eso”.
El portugués también destaca la buena sintonía alcanzada en el equipo satélite de Iwata: “Se creó rápidamente una buena atmósfera. Me encontré con un grupo humano excelente y me sentí muy cómodo”.
El relato pendiente en MotoGP
Más allá de lo deportivo, Oliveira lamenta que sus problemas físicos y las circunstancias que le han frenado no hayan tenido apenas eco mediático. “Creo que no estaba en la agenda hablar de mi mala suerte. Es así. Ahora que las opciones en MotoGP se acaban, no puedo más que subrayar lo mucho que me han condicionado esos dos accidentes”.
Asimismo, reclama una visión más humana en la promoción del campeonato: “Dorna, ahora Liberty Media, podría hacer más para contar las historias de los pilotos. No soy un experto en marketing, pero la MotoGP se tiene que vender también desde lo emocional. Detrás de los pilotos hay personas, y eso debería mostrarse”.
Un horizonte abierto
Con 30 años, un bagaje de cinco triunfos en la categoría reina y un carácter polifacético que trasciende la pista, Miguel Oliveira no considera cerrado su capítulo en el motociclismo de élite. La incertidumbre sobre si competirá en Superbike o continuará en MotoGP como probador no le roba la calma. Lo que sí deja claro es que su historia todavía tiene páginas por escribir.
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