
“Ha sido uno de los fines de semana más feos de mi carrera deportiva”
Pecco Bagnaia no se mordió la lengua tras una carrera para olvidar en Le Mans. El piloto de Ducati fue tajante desde el primer segundo: “Hoy ha sido un desastre, la verdad.”
Apostó por neumáticos de lluvia desde la salida, convencido de que era la decisión acertada.“Había elegido la estrategia correcta. Sabía perfectamente que cuando empezara a llover no iba a parar.” “He mirado todos los radares posibles y todos decían lo mismo.”
Buena salida… y luego el caos
El campeón del mundo salió con fuerza, pero todo se torció de inmediato: “He salido muy bien, pero después ha empezado a derrapar mucho en la recta y he perdido muchas posiciones.”
En la curva 3, un contacto con Enea Bastianini lo mandó al suelo: “Nos hemos tocado porque él ha frenado más tarde, pero sus gomas se lo permitían.” “Nuestra estrategia colisionó y él se ha caído en el piano y me ha tirado.”
“Podía haber acabado en el top 5”
Pese a la caída, Bagnaia confiaba en poder remontar si la moto hubiese estado bien: “Si podía salir sin problemas, podía acabar entre los cinco primeros.”
Pero al revisar la moto, todo estaba en contra: “Había cosas bastante grandes que no me permitían seguir.Me he parado y he cambiado de moto, pero he tenido que esperar 20 segundos para que estuviera lista.”
No hay excusas: “No creo en la mala suerte”
Aunque muchos hablaron de mala fortuna, Bagnaia lo descarta por completo: “Mala suerte y buena suerte no existen. Hoy simplemente no ha salido nada.”
La frustración con la moto: “No me da sensaciones”
Pecco también se mostró muy preocupado por su falta de conexión con la Ducati, especialmente en condiciones de lluvia: “En mojado necesitas más feedback de la moto y yo no tengo nada.” “Puedo rodar rápido o cuatro segundos más lento, y la moto me da las mismas sensaciones.”
“No hemos mejorado nada”
Bagnaia agradece el esfuerzo del equipo, pero admite que no están encontrando soluciones: “El equipo me da todo para ayudarme, pero hasta ahora nunca hemos mejorado.”
Incluso decisiones pequeñas como usar el colín antiguo reflejan su inseguridad: “Esta mañana he usado el colín viejo porque solo tenemos uno y no quería arriesgarme a caerme.”
Un balance demoledor
Su conclusión del fin de semana fue rotunda: “Hasta el sábado por la mañana todo era normal, me sentía muy cómodo.” “Después, la qualy, la sprint y la carrera… un desastre.”
Y su despedida del circuito no fue más alentadora: “Me voy a casa muy enfadado. No estoy contento por nada.”
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