Carlo Pernat atendió a ‘Il Secondo XIX’ para hablar sobre Marco Simoncelli y Valentino Rossi.
Los dos grandes amigos de MotoGP y que uno de los dos acabara falleciendo son parte de la historia de las motos, donde no se puede controlar todo lo que pasa, y también suceden accidentes. Carlo Pernat ha querido echar la mirada atrás en el tiempo, para recordar aquellos momentos con Marco Simoncelli y también le relaciona, evidentemente, con Valentino Rossi.
“Yo creo que sí. En seis años creamos una fundación, que hoy recauda dos millones de euros al año para donar a obras benéficas”, dice Pernat que seguramente Simoncelli habría querido esto. “Le llamaban ‘El patacca’, porque Marco era ingenuo, pero muy amigo de todo el mundo y de Valentino Rossi, pero durante dos meses nunca vino a ver a la familia. Como le dio el último golpe con el volante, se sintió culpable de haberlo matado: desde entonces no ha vuelto a ser el mismo, en mi opinión todavía lo lleva encima”, explicó su punto de vista Carlo.
“Se veía que Rossi tenía un talento que los demás no tenían”
Además, Pernat cuenta cómo fue la primera vez que conoció a Valentino Rossi: “Todo el mundo me lo recomendó, entonces todos los pilotos querían venir a Aprilia. Fui a verle y hacía trayectorias que ningún piloto hacía, pero a menudo se iba al suelo. Me enamoré de él, de su forma de pilotar”, se sinceró el conocido mánager de pilotos.
“Se veía que tenía un talento que los demás no tenían, aunque yo nunca hubiera creído que podía ganar nueve campeonatos del mundo”, explicaba el mánager. “Tuve que insistir, y no poco, pero le convencí, pues ya habíamos ganado una vez con Max Biaggi, que también era un desconocido cuando le cogí. Al principio no sabía pilotar en mojado, siempre se caía. Luego se ganó a todo el mundo”, decía Pernat.
“Ya habíamos ganado una vez con Max Biaggi, que también era un desconocido cuando le cogí”
Pero no todo relucía como el oro desde el inicio. “Al principio era un temerario. Cuando empezó a ganar algunos Grandes Premios, el departamento de marketing de Aprilia llamó a un director americano, que en aquella época se gastaba 200 millones, para que se encargara de la comunicación con Valentino”, recapituló Carlo Pernat.
“Era un director exigente, y una tarde Vale me llamó: ‘Carlo, estoy harto de este director, no tengo ganas, suficiente. Ten paciencia, nos hemos gastado 200 millones'”, seguía contando Pernat. “Y él ya se había ido a su casa en Tavullia. Pero luego fue tan amable que le perdonamos. Después, siempre decía que era sampedrano, pero sólo para fastidiarme…”.
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