
El histórico piloto de pruebas del equipo de Borgo Panigale, arquitecto clave en su ascenso al dominio actual, reflexiona sobre su papel y abre la puerta a nuevas responsabilidades dentro de la firma italiana.
Michele Pirro es uno de esos nombres esenciales que no suelen aparecer en los focos del domingo, pero cuya huella está impresa en cada victoria de Ducati. Con casi 40 años a las espaldas y una década en la trinchera del desarrollo, el italiano vive un momento de balance y reflexión sobre cuánto camino le queda por recorrer en el paddock. Lejos de mostrar preocupación, se muestra abierto y pragmático ante lo que el futuro pueda depararle.
«Cuando me uní a Ducati, la situación era un desastre”
En una entrevista exclusiva con Speedweek.com, Pirro hizo un repaso emocionado a la transformación que ha vivido el proyecto. “Estoy muy contento y orgulloso, porque cuando me uní a Ducati, la situación era un desastre”, confesó el piloto. Su trabajo, meticuloso y constante, ha sido un pilar fundamental para que el equipo de Borgo Panigale pasara de luchar en la mitad de la tabla a convertirse en la referencia absoluta de la categoría reina.
Sin embargo, el hombre de Garage 51 es consciente de que la monta rusa no se detiene. “Sé muy bien que es difícil mantenerse al máximo nivel durante muchos años en este deporte. Otros fabricantes están poniéndose al día”, apuntó con realismo. Esta conciencia de la feroz competencia marca su visión de futuro, que no ve necesariamente atada solo al asiento de pruebas.
«Estoy abierto a un puesto diferente»
Su valor para Ducati va mucho más allá de dar vueltas en solitario. Pirro atesora un conocimiento institucional profundo y una relación privilegiada con las figuras clave. “Conozco muy bien la situación y la empresa. Tengo una buena relación con Gigi, con Claudio y con todos en Ducati. Si surge una situación, intento aportar mi granito de arena”, señaló, dejando entrever su disposición a asumir otros roles. Sobre su continuidad, fue claro: “Si me necesitan como piloto de pruebas, seguiré. Estoy abierto a un puesto diferente. La experiencia es muy importante”.
Uno de los aspectos que más disfruta, aunque cada vez más espinoso, son las ocasionales suplencias en el campeonato mundial. No obstante, el propio Pirro admite la crudeza de la realidad actual. “A mi edad, eso no es fácil; tengo casi 40 años”, reconoció. “MotoGP es extremadamente difícil hoy en día: pierdes un segundo y te quedas atrás”, explicó sobre la dificultad de competir al máximo nivel tras largos periodos sin ritmo de carrera.
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