«Mantener la motivación cuando dejas de ser el número uno no es fácil», explica Luca Cadalora.
El piloto italiano Luca Cadalora ha compartido sus impresiones en una entrevista con GPOne, abordando temas clave del MotoGP actual: el papel de la electrónica, el dominio de Ducati y el impacto de la llegada de Marc Márquez al box de Borgo Panigale. Con la perspectiva de un campeón del mundo, Cadalora ofrece un análisis profundo sobre el presente y futuro del campeonato.
La electrónica, a juicio
Cadalora, conocido por su estilo de pilotaje en una época menos asistida, defendió la necesidad de la electrónica en las motos modernas. “Las motos de ahora, sin asistencia electrónica, serían muy difíciles de pilotar porque la potencia es enorme”, explicó, señalando que los avances tecnológicos son inevitables. Aunque coincide con el deseo de ver más batallas, cree que es imposible vivir en el pasado. «Creo que no se puede vivir en el pasado, las cosas avanzan y hay que adaptarse y actualizarse», en clara alusión a la postura más purista de Casey Stoner.
A pesar de la tecnología, Cadalora enfatiza que el talento del piloto sigue siendo el factor decisivo. Puso como ejemplo a Marc Márquez, que ha ganado las últimas cinco carreras, un logro que demuestra que el piloto sigue marcando la diferencia. «Lo bonito de las motos es que, a diferencia de los coches, el piloto todavía hace más diferencia”, concluyó.
La nueva realidad de Bagnaia
Cadalora hizo un balance de la jornada en pista, destacando una vez más el dominio técnico de Ducati. Sin embargo, también señaló que la llegada de Marc Márquez ha provocado un efecto inesperado: una ligera bajada de nivel en los demás pilotos de Ducati.
El ex piloto analizó la situación de Pecco Bagnaia con una empatía particular. Para él, es comprensible la dificultad mental que atraviesa el bicampeón. «Él era la referencia en Ducati y de repente llegó Márquez, lo que le descoloca», afirmó. Cadalora recordó su propia experiencia: él llegó a un equipo con un número uno ya establecido, Wayne Rainey, lo que le sirvió de estímulo para mejorar. Sin embargo, el caso de Bagnaia es el opuesto, y la pérdida del rol de «número uno» puede ser una de las cosas más difíciles de gestionar para un piloto. «Mantener la motivación en esa situación no es fácil”, reflexionó.
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