Fabio Quartararo se subirá esta misma semana por fin a su M1 en los test que MotoGP llevará a cabo en Qatar y lo hará con una mente más renovada gracias al trabajo que ha llevado a cabo este invierno con un preparador.
Fabio Quartararo se encuentra a escasos días de poder subirse por fin a su M1 tras un parón invernal donde el francés se ha preparado a fondo. La temporada 2020 dejó a un ‘Diablo’ pensativo en cuanto a los puntos a mejorar de cara a este año y en ello encontró uno de sus principales problemas: la mente. Es por ello por lo que, al acabar la temporada el de Niza se puso manos a la obra para lograr llegar a esta temporada preparado tanto física como mentalmente para luchar por el que sería su primer título de Campeón del Mundo.
La parte mental
Un aprendizaje que le ha llevado a aprender mucho de sí mismo. “Empecé la temporada con una moto que era perfecta, pero poco a poco fuimos encontrando problemas que interrumpieron tanto el desempeño de la moto como el mío. 2019 fue un año perfecto, no solo porque no tuve problemas sino porque íbamos cada vez mejorando. Ellos pudieron aumentarme 500 rpm más, me dotaron de la horquilla de carbono y en 2020 fue lo opuesto, todo cada vez iba a peor“, comentaba en una entrevista al medio ‘The big read’.
Quartararo no esconde su parte de culpa. “Yo creo que lo podría haberlo hecho mucho mejor pero desafortunadamente no fui capaz de hacerlo. Mentalmente, no pude controlar la situación. Después de ganar las dos carreras de Jerez, no pude aceptar que no era competitivo. Me decía a mí mismo que no tenía la moto para ganar y esto me afectó mentalmente“.
A pesar de ello, el francés se lamenta de haber perdido la que era una oportunidad de oro para ser campeón. “Es triste haber perdido una oportunidad para ser campeón porque yo pienso que la oportunidad existió, pero por otro lado aprendí mucho durante 2020 así que no me siento frustrado. Si hubiese aceptado terminar sexto octavo en vez de caerme, fácilmente podría haber terminado en el podio un final. Cometí errores, pero tenía que cometerlos para aprender de ellos. Ahora sé que aunque esté ahí para ganar, a veces tengo que aceptar que no puedo“.
“Cuando vimos el tiempo de vuelta que hizo Viñales en Valencia al final de 2019 nos dijimos a nosotros mismos que teníamos que estar en esa moto”
Este invierno, Fabio Quartararo ha estado trabajando mucho para controlar esa parte emocional que parece haber lastrado un poco su trayectoria de aprendizaje. “Trabajamos mucho en eso, él me dio ejercicios para hacer y un método para tratar de gestionar mis emociones. Muchas cosas para tratar de entender y aprender sobre mí mismo. Ahora siento que estoy más estructurado. Déjame decirte que el año pasado pensé mucho“.
Ahora ‘El Diablo’ se sumerge en una nueva aventura como piloto oficial de Yamaha sentándose en el sillín que durante años ha ocupado Valentino Rossi. “Fue una decisión que tome después de hablar con mi manager Eric Mahé. Cuando vimos el tiempo de vuelta que hizo Viñales en Valencia al final de 2019 nos dijimos a nosotros mismos que teníamos que estar en esa moto aunque tuviésemos que recortar el salario de 2021“.
El francés llega en un momento complicado para la marca de Iwata aunque confía en que las cosas solo puedan mejorar. “Es difícil para mí, Valentino y Maverick, especialmente cuando yo pienso en los sentimientos que tengo con esta moto en 2019 donde me sentía bien con cualquier moto y en cualquier condición. En 2020, en la lluvia, yo sufría. Nunca ha sido mi punto fuerte pero el año pasado cuando llovía… El año pasado en Le Mans, Rossi se cayó al principio y Viñales y yo estuvimos luchando por la octava plaza esto significa que algo no va bien”.
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