Esta circunstancia demuestra la imperfección del mercado de MotoGP.
La temporada pasada saltaba la bomba en el último tercio del campeonato, Marc Márquez decidía romper su contrato con Honda, una temporada antes de lo firmado, para buscar sitio en una moto más competitiva en 2024. El gigante japonés aceptó los deseos de su leyenda, juntos han logrado seis títulos Mundiales de MotoGP, con ningún piloto habían logrado tanto. Y ahí ardían los despachos.
Marc Márquez quería ir a Ducati y tenía dos opciones: Pramac o Gresini. Al #93 no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones y aquí venía otra seria. Podría haber fichado por el Pramac y ser compañero de equipo de Jorge Martín, pero entre otros motivos personales para rechazarlo había uno contractual de peso: Pramac le puso sobre la mesa un contrato de dos años.
A favor, que contaría con una GP24 aunque en un equipo satélite. Si hubiese firmado habría sido igual a decir adiós a la posibilidad de ser piloto oficial Ducati. Marc lo tuvo claro, rechazó Pramac, como también hizo de cara al público esta temporada, para fichar por el equipo Gresini, mucho más de su gusto personal, donde ya estaba su hermano.
En contra, lo que está viviendo esta temporada, un año de transición en el que contaría con una moto inferior a sus rivales directos (Bagnaia, Martín), mientras se adaptaba. Marc Márquez sacrificó tener la mejor arma este 2024 para apostar todo al rojo, ser piloto oficial Ducati en 2025. Una apuesta que le salió perfecta, al conseguir desplazar a Martín en los despachos y firmar como compañero de Bagnaia para las próximas dos temporadas.
El mercado no es perfecto, influyen muchas circunstancias que hacen que se den estas situaciones. Porque igual que Jorge Martín también merecía esa Ducati oficial en 2025, tal vez más que nadie en base a su rendimiento actual, el peso de un ocho veces campeón del mundo, unido a un gran rendimiento con una moto antigua, fue determinante para tomar la decisión.
De igual forma que no tiene sentido que Franco Morbidelli cuente con una moto oficial, una Ducati GP24, dentro del equipo satélite Pramac. De un vistazo rápido a la clasificación general, por simplificar, vemos los tres primeros pilotos de la clasificación general: Martín, Bagnaia y Bastiainini, ¿Qué tienen en común? La mejor moto del campeonato sin lugar a dudas, la GP24. ¿Y dónde está Morbidelli? El 12º con apenas 61 puntos, sin un solo podio en toda la temporada.
El primero del resto el pilotos que no cuentan con material para luchar por el Mundial es Marc Márquez, pese a ser un año de adaptación a Ducati tras 11 temporadas en Honda y pese a venir de una lesión tan grave en su brazo derecho, del que es tan difícil recuperarse física, pero sobre todo mentalmente. Lo lógico era que Marc Márquez ya hubiese contado este año con una GP24, dentro de la estructura Gresini, pero el mercado es como es y el contrato estaba firmado con Pramac.
Unas tensiones que empezaron el año pasado entre Pramac y Ducati, por todas estas cuestiones, la GP24 y también que no eligieran a Martín para ascender al equipo oficial, que han hecho que un acuerdo tan longevo se rompiese. El año que viene estarán en Yamaha y seguro durante 2025 y 2026 echarán de menos la adrenalina de estar peleando por las victorias e incluso por el título. Porque sin duda Ducati ha tratado a Pramac de 10, dándole todo el material y un trato oficial exquisito.
La temporada que viene será un espectáculo, un gran duelo entre Bagnaia y Marc Márquez con la misma moto, Ducati GP25, englobado dentro del mismo equipo. En principio no habrá “muro”, pero quien sabe si pasadas unas carreras haya que poner algo en medio entre ellos. Mientras tanto, Marc demuestra con la GP23 que una vez más y hasta ahora, nadie ha podido con él con su misma moto.
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