“Mi hijo se merece el Princesa de Asturias, pero esa decisión no depende de mí”
En una entrevista concedida a Radio MARCA, Roser Alentà, madre de Marc y Álex Márquez, abrió su corazón para hablar del presente de su hijo mayor, de los momentos más difíciles que atravesó con las lesiones y de la felicidad que le provoca verlo de nuevo en lo más alto. La emoción, la ternura y también el orgullo marcaron sus palabras, en las que no faltó incluso un toque de humor.
La emoción de volver a verlo en el podio
Después de años de sacrificios y operaciones, ver a Marc Márquez regresar al podio fue para su madre un momento indescriptible. “Cuando vi a Marc en el podio sentí una liberación, una emoción muy difícil de explicar”, confesó con la voz cargada de sentimiento. Alentà explicó que lo que más le llena ahora no son los resultados en sí mismos, sino la posibilidad de ver a su hijo disfrutar otra vez encima de la moto, sin la sombra constante del dolor.
El guiño a un premio de prestigio
Roser no escondió que le haría ilusión que el nombre de Marc Márquez figure algún día entre los galardonados con el Premio Princesa de Asturias. “Como madre pienso que se lo merece, pero esas son decisiones que se toman en las altas esferas”, apuntó. Entre bromas, añadió que su hijo también merecería un “MARCA Historic”, arrancando una sonrisa en el programa de Ortega.
“Hoy es hoy y hoy es fiesta”
Más allá de títulos, récords o reconocimientos externos, Alentà recalcó que lo importante ahora es el bienestar de su hijo. Recordó las dudas que Marc sufrió en su proceso de recuperación, cuando incluso se planteó la retirada, pero también la fuerza que mostró para seguir adelante: “Él lo decía, que estaba en paz consigo mismo, porque nadie puede cuestionar el esfuerzo que ha hecho”.
Roser admitió que en más de una ocasión le pidió a Marc que se frenara, pero él insistía en la necesidad de recuperar su brazo no solo para competir, sino para poder llevar una vida normal. Hoy, con la mirada más serena, la madre del ya, nueve veces campeón del mundo resume el presente con una frase que se le quedó grabada: “Hoy es hoy y hoy es fiesta”.
Porque después de tantas cicatrices y sacrificios, lo más valioso para ella no es un trofeo, sino poder ver a su hijo sonreír sobre la moto.
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