
Kevin Schwantz ha hecho un repaso por su historia en el motociclismo.
Kevin Schwantz ha pasado por el podcast ‘Mig Babol’; donde, junto a Andrea Migno, ha hecho un repaso por su carrera en el motociclismo, los momentos que marcaron su trayectoria. El americano es un gran enamorado de Italia, y cuenta con un gran número de fans entre los italianos. Schwantz contaba como surgió esta ‘historia de amor’.
«La última carrera que hicimos en el 86 fue Misano. Y nos quedamos en Pesaro y lo pasamos genial. Y realmente me enamoré de la región. Esa primera vez que vine aquí, aunque no pude quedarme mucho tiempo. Pero luego cuando conocí a Aldo Drudi y conocí a todos los chicos del Club Nautico ahí en la playa, solía venir aquí y pasar el rato entre carreras», contó.
También por esa época, Schwantz pudo conocer a un pequeño Valentino Rossi. «Aldo y yo nos conocimos en Livigno una temporada. Creo que fue al final de la temporada, quizás en el 89. Y todos fuimos invitados a ir a esquiar y andar en motos de nieve. Valentino y Graziano estaban ahí. Y Valentino tenía solo 10, quizás 12 años, pero corriendo por todas partes como lo hace todavía hoy», recordaba.
«Cuando me ponía el casco, todo se quedaba en silencio»
El ex piloto recordaba también cómo fueron sus inicios en las carreras. «Empecé porque mis padres tenían un concesionario de motos. Así que todos los días, tras el colegio, regresaba al taller. Me dejaban montar en minimoto o moto, dependiendo de mi edad, siempre que no me metiera en problemas en el colegio. Así que siempre estaba subido en la moto al final del día», ha contado.
Schwantz reconoce que, desde entonces, sus sensaciones al subirse a la moto no han cambiado. «Recuerdo de niño, a los profesores diciendo ‘tienes que hacer esto’. La gente siempre está regañándote. Pero, cuando me ponía el casco, todo se quedaba en silencio. Era muy agradable, pacífico. Y siempre he tenido esa misma sensación. Cuando corría un Gran Premio, tan pronto como empezaba a abrocharme el casco, una gran sonrisa. Era mi mundo. Estaba listo para ir a la batalla».
No obstante, Schwantz recordaba que empezó a competir bastante tarde, en 1984, a los 20 años. «Conseguí una prueba al final de la temporada con Suzuki para montar su American Superbike. Lo hice bien en la prueba. Así que conseguí el puesto para el 85. Y luego el éxito que tuve en el 85, conseguí un contrato con American Suzuki, 86, 87, para correr Superbikes», recordaba.
Schwantz tuvo también la oportunidad de volar a Europa, donde conoció a Barry Sheene; quien le dio la oportunidad de subirse a una 500cc. «Era una de las motos de Barry de 1984, pero todavía era una 500 bastante competitiva. Así que hice una prueba. Dijo, ‘oh, lo hiciste genial en la prueba. Quiero que regreses y hagas esta carrera’. Así que regresé», contaba. Sin embargo, en esa primera etapa no llegó a destacar en las citas europeas.
«Si corrías contra Gardner, seguro que terminabas con algo de pintura Honda en tu moto»
El americano ha contado con muchos rivales a lo largo de los años, pero destacaba a uno. «No hay duda de que fue Wayne Rainey», aseguraba. «Probablemente miré por encima del hombro más de lo que debería [durante las carreras]. Pero hubo algunas veces que específicamente miré fijamente al piloto, especialmente a Wayne. Lo miré fijamente por toda la recta principal de Suzuka», recordaba.
La rivalidad, no obstante, desaparecía poco después de cruzar la línea de meta. «Hasta el domingo podríamos cruzarnos y querer pelear. Pero después de la carrera, quizá nos verías sentados, tomando una cerveza, hablando de la carrera y riéndonos de ello. Esa fue una de las oportunidades de romper el hielo con Rainey«, ha contado.
En pista, no obstante, reinaba el respeto entre los pilotos «con la excepción del tipo del que realmente tenías que cuidarte, Gardner», apuntaba. «Si estabas corriendo con él, seguro que terminarías con algo de pintura Honda en tu moto. Rainey y yo nunca nos sacamos el uno al otro de la pista», zanjaba.
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