El circuito de Le Mans batió el pasado fin de semana su propio récord de asistencia a un Gran Premio con un total de 311.797 espectadores.
El Gran Premio de Francia en Le Mans ha marcado un hito sin precedentes en la historia del Campeonato del Mundo de MotoGP, congregando a la asombrosa cifra de 311.797 aficionados durante el fin de semana. Este número récord no solo subraya el creciente fervor por el motociclismo de élite, sino que también confirma una tendencia al alza que ya se había manifestado en el Gran Premio de Jerez, donde también se batió el récord de asistencia.
La pasión del público francés por MotoGP quedó patente desde el viernes, con la presencia de 94.757 espectadores en el circuito. Esta cifra continuó ascendiendo hasta los 96.637 el sábado, culminando en una espectacular afluencia de 120.403 aficionados en la jornada del domingo. Le Mans se convirtió así en el epicentro de una fiesta del motor que desafió incluso a la inestable meteorología, con gradas repletas que vibraron con cada acelerón y adelantamiento, más si cabe al ver a uno de los suyos en cabeza.
El nuevo récord de asistencia en Francia supera la marca establecida en la edición anterior del Gran Premio, donde se registraron 297.000 espectadores. De nuevo, otro nuevo acontecimiento que sirve como respuesta contundente a aquellos que, tras la retirada de una figura icónica como Valentino Rossi, vaticinaban una inevitable caída en el interés y las cifras de audiencia de MotoGP. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, se ha vuelto a demostrar que el campeonato goza de una salud envidiable y que el atractivo del deporte, impulsado por múltiples estrategias de Dorna, como la introducción de las carreras al sprint, sigue más vivo que nunca.
Un final de ensueño para la afición local
La masiva afluencia de público en Le Mans se vio recompensada con un final de carrera para recordar en la categoría reina. En un inicio caótico, marcado por incidentes y cambios de líder, la victoria sonrió a uno de los héroes locales: Johann Zarco. El piloto del LCR Honda desató la euforia en las gradas al cruzar la línea de meta en primer lugar, un triunfo especialmente significativo ya que marcaba la primera victoria de un piloto francés en la categoría reina en el circuito de Le Mans en 71 años. Este resultado añadió un componente emocional extra a un fin de semana que ya era histórico por su impresionante cifra de asistencia.
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