
Valentino Rossi está preparado para afrontar su vigésimo sexta temporada en el Mundial. El cambio de la estructura oficial al Petronas Yamaha es un nuevo reto para él, para el que va a tener que «trabajar en sí mismo».
2020 no ha sido la mejor temporada de Yamaha, fruto de una fuerte irregularidad y los problemas con los motores. Valentino Rossi no sólo ha tenido que hacer frente a dichos problemas, sino que también ha sido una de las víctimas en contagiarse de Covid-19 cerrando un año para olvidar. Tras el último Gran Premio en Portimao, el nueve veces campeón del mundo se despedía de una larga trayectoria con la estructura oficial de Yamaha. Ocho temporadas consecutivas como piloto titular de la fábrica veían su fin para iniciar un nuevo desafío.
La mayor parte de su carrera deportiva ha estado sujeta a la fábrica de los diapasones: quince temporadas y cuatro títulos mundiales. Sin embargo, 2021 se tercia con un panorama ligeramente distinto. El piloto italiano pasará a formar parte del equipo de Petronas Yamaha. Seguirá subido a una M1 pero, esta vez, de un equipo satélite. El mismo Valentino Rossi tratará de mejorar sus sensaciones y los resultados que deja atrás este 2020, y sin duda alguna, pondrá toda la fuerza necesaria para conseguirlo.
Durante las vacaciones invernales hasta el inicio de la temporada, tiene tiempo para reflexionar sobre cuáles son los puntos clave que requieren de mayor implicación con la Yamaha. «El próximo año será un desafío difícil. Tenemos que estar preparados desde la primera carrera. Tengo que trabajar mucho en mí mismo. Tenemos que mejorar en algunas áreas. Por ejemplo, en la clasificación que es tan importante ahora. Como siempre, también empujaremos a Yamaha e intentaremos hacer un buen trabajo en invierno para poder mejorar en ciertos aspectos», comenta en unas declaraciones recogidas por Speedweek.

Pese al resultado final, Valentino fue capaz de iniciar el año con altas expectativas. La Yamaha parecía ser la moto más competitiva de la parrilla, y el italiano también fue partícipe de los buenos resultados de la fábrica logrando su único podio del año en el Gran Premio de Andalucía. Sin embargo, el camino que le precedía se vio cuesta abajo. «En los últimos años, también este, estuvimos fuertes al comienzo de la temporada. Pero después de eso sufrimos en comparación con nuestros rivales en la segunda mitad de la temporada. Ello porque lograron hacer todas las cosas nuevas. No fue fácil al final de la temporada con Yamaha«.
Haciendo referencia a los problemas atravesados por la fábrica, los pilotos se quejaban continuamente de la falta de agarre en el neumático trasero así como de la velocidad punta, algo que arrastra del pasado. Valentino Rossi lo confirma: «Realmente lo estamos pasando mal con el agarre en la rueda trasera. Y si no conseguimos que funcione bien, será muy difícil pilotar la moto. Y además, será difícil para nosotros ser competitivos. Ese es el punto más importante. Además de lo que tendrías que hacer para alcanzar la velocidad punta, no solo en el motor, también en la aerodinámica».
Como recogen desde el medio alemán, Maverick Viñales alegaba que los problemas de la Yamaha venían desde el cambio de la M1 de 2017. El piloto italiano coincide con sus declaraciones, y asegura que fue el punto de inflexión que marcó el cambio de la Yamaha. «Ese año fue crucial para la Yamaha y la M1, en mi opinión fue el momento en el que comenzó nuestro sufrimiento. Hasta 2016 la moto era muy competitiva, podía ganar carreras y títulos mundiales. A partir de ese momento, tuvimos más dificultades. En mi opinión, los demás fábricas han mejorado. Para ser competitivos, también tendríamos que mejorar como lo hicieron ellos».
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