Suzuki, que la temporada pasada dejó el Mundial de MotoGP, ha sorprendido al catalán con un regalo muy especial.
A veces, en la vida, los pequeños detalles son lo que realmente cuenta. En esta ocasión, Aleix Espargaró lo ha podido corroborar. En su canal de YouTube, el piloto catalán ha compartido un momento muy especial para él. Cuando el piloto que actualmente está en Aprilia subió a MotoGP, se estrenó con Suzuki. La marca japonesa dijo adiós al Mundial tras finalizar la temporada 2022. Es por ello, que desde la cúpula de la fábrica, han querido tener un detalle muy especial -y muy ansiado por Aleix- con uno de sus primeros pilotos.
Suzuki, tras muchas insistencia por parte de Espargaró desde hace varios años, ha decidido agradecer al español su etapa con ellos regalándole la MotoGP (la Suzuki GSX-RR) con la que corrió en 2016 junto con Maverick Viñales. El propio Espargaró ha querido grabar su reacción tras recibir la moto en su casa de Andorra. «Llevaba 2-3 años apretando a los japoneses porque me hacía mucha ilusión tener esta moto. Es de los regalos que más ilusión me ha hecho en toda mi vida. Tengo la piel de gallina, es increíble«, describe Aleix.
Espargaró: «Pensé que era una broma, pero ahora está aquí»
«Para mí recibir esta moto es muy especial. Suzuki fue la primera fábrica que confió en mí. Además, los japoneses nunca dan nada, nunca venden una moto. Me hacía ilusión y siempre me decían que era muy difícil, siempre me dijeron que no. Ahora me dijeron que les hacía ilusión que la tuviera porque conmigo empezó el proyecto. Luego Viñales ganó carreras, también Álex Rins; y Joan Mir ganó el Mundial con ellos. Tras mucho papeleo con los japoneses, aquí la tengo«, explica el piloto catalán de MotoGP.
«Es increíble. Infinitas gracias a Sahara San y a toda Suzuki porque normalmente es imposible tener una MotoGP japonesa. Siempre la había pedido y me respondían que no. Cuando el año pasado se retiraron del Mundial, me contactaron y me dijeron que me la podía quedar gracias. Pensé que era una broma, pero ahora está aquí. Es un sueño, me siento como un niño. Suzuki es el primer fabricante que creyó en mí. Me cambió la vida a mí y a mi familia«, insiste.
Acostumbrado a la Aprilia actual, Espargaró analiza cómo han cambiado las MotoGP en poco más de un lustro. «No la recordaba tan pequeña y estrecha, parece una Kalex de Moto2. Es increíble pensar lo mucho que han progresado las motos de MotoGP en los últimos años. La culpa ni me cubre y no tiene alas«, dice tras subirse a ella.
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