El piloto catalán parece haber encontrado un contexto idílico tanto personal como profesional en Aprilia. En motogp.com repasa cómo está encarando el 2022.
La temporada 2021 fue muy extraña para Maverick Viñales. Tuvo un inicio espléndido con Yamaha, ganando la primera prueba de MotoGP en Qatar. Tras ello, todo fue de más a menos. El divorcio con la fábrica japonesa se acentuaba cada vez más, corroborando que la relación iba a menos. Parecía que no había solución, pero que esperarían a final de temporada para separar sus caminos. No fue así y Viñales terminó el año vistiendo los colores de Aprilia. Una montaña rusa de emociones donde se añadió el fallecimiento de su primo y, por contra, el nacimiento de su hija. Con todo ello, el catalán hizo un reseteo mental para encarar el 2022 de una manera muy diferente.
El nuevo Maverick Viñales tiene las energías renovadas y se muestra con mucha confianza de cara al 2022. “El año pasado fue muy duro, tanto a nivel personal como profesional. Me he vuelto más selectivo en todo, quitando algo de un lado y agregando del otro. Pensaba menos en los problemas y mucho más en las relaciones con las personas. Escucho más mi cuerpo, además de mirar mucho hacia adentro. Solo pienso en estar bien y saludable”.
De ganar carreras a verse en lo más bajo de la clasificación. Un reinicio mental y profesional que provocó dejar Yamaha para pasar a Aprilia, una fábrica que avanza con pasos agigantados. “Yo estaba acostumbrado a estar siempre en el top3, top4. Verme en el fondo de la clasificación no es fácil, pero hay que entenderlo, aceptarlo y trabajar en ello. Me siento muy bien con el grupo que hay en Aprilia, me siento bien con todos en el equipo. Tengo mucha confianza, hablamos de todo. Vengo de una moto muy diferente, de una fábrica muy diferente y también con un carácter muy diferente”.
La victoria de Aleix Espargaró en Argentina fue una alegría para todo el equipo; el papel que hizo Viñales en Termas de Río Hondo también fue destacable. “Estaba muy feliz tras ver que Aleix ganó. Tenemos una gran relación, pasamos mucho tiempo juntos y eso sin duda ayuda al equipo. Hay un ambiente relajado y para mí es lo mejor. Todavía tengo que trabajar duro para lograr la combinación adecuada. Pero a pesar de todo me veo rápido. Tengo muchas ganas de verme cuando todo esté bien. Creo que lo bueno es que cuando voy en moto tengo muy claro qué es mejor o peor. Se centraron mucho en lo que era peor y en mejorar, y en realidad funciona muy bien”.
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