El piloto de Roses afronta su primer año con KTM convencido de que el trabajo dará sus frutos.
Pocas trayectorias en MotoGP reflejan tan bien la evolución de un piloto como la de Maverick Viñales. En su 11ª temporada en la categoría reina y tras pasar por Suzuki, Yamaha, Aprilia y ahora KTM, el catalán se encuentra en un momento de madurez que va mucho más allá de los resultados. Y eso, tal como ha explicado en una reciente entrevista con Motorbike Magazine, le permite afrontar este nuevo reto con serenidad, convicción y una fe intacta en su capacidad de marcar diferencias.
Viñales no oculta que su primera temporada con KTM está siendo exigente, pero valora la experiencia desde una perspectiva más amplia: “Para mí, cerca del 10. No sólo valoro los resultados, valoro un poco todo el conjunto”, explica. Desde el trato recibido por el equipo hasta el proceso de adaptación a una moto completamente distinta, el gerundense se muestra satisfecho con el trabajo conjunto. “Los resultados no reflejan realmente el potencial que hay, así que hay que seguir trabajando y buscando”, añade.
Su fichaje por KTM coincidió con un momento de incertidumbre para la marca austriaca, sumida en una compleja situación financiera. Aun así, Viñales no dudó en subirse a la RC16: “Cuando cogí la moto en Malasia, me esperaba sufrir más. Era muy distinta a lo que estaba acostumbrado, pero fui constante y disciplinado, y eso me mantuvo tranquilo”.
Confianza total en Manu Cazeaux
Una de las claves de esta nueva etapa ha sido su alianza con Manu Cazeaux, su jefe de mecánicos desde su etapa en Aprilia: “No lo voy a esconder ni a negar: Manu, para mí, es el mejor del paddock como técnico, y por eso lo necesitaba sí o sí en KTM”. Gracias a ese entendimiento, Maverick cree que podrán dejar huella en el desarrollo de la moto: “Han visto que podemos mejorar mucho la moto para un futuro. Lo más importante es ir en línea con todos”.
La importancia de trabajar con el Test Team
El piloto del Red Bull KTM Tech3 también destaca el papel del equipo de pruebas en el proceso de evolución técnica: “Las sensaciones que tengo yo son muy parecidas a las de Dani Pedrosa, y eso marca mucha diferencia. Yo confío mucho en Dani, muchísimo, y eso me hace ver que voy por el buen camino”. En ese sentido, Viñales cree que llegará un momento en el que los cuatro pilotos de KTM tendrán que unificar criterios para avanzar más rápido: “Es cuestión de tiempo que todos los pilotos nos pongamos en línea y vayamos hacia el mismo punto”.
Una nueva filosofía tras años de aprendizaje
Después de más de una década en MotoGP, Maverick admite que la experiencia le ha enseñado a gestionar los tiempos y las emociones: “La ambición, el hambre y el sueño de ganar siguen intactos. Pero ahora sé cuándo hablar, cuándo presionar y cuándo no. Eso también me lo ha dado la familia”. Esa misma experiencia le ha servido para mantener la calma durante los meses más inciertos en KTM, cuando incluso llegó a dudar si podría competir esta temporada: “En noviembre no sabía si iba a correr. Leía las noticias y pensaba: «Qué voy a hacer ahora». Pero en lugar de agobiarse, optó por confiar en el proceso: “Me aparté un poco y pensé: la vida me ha llevado hasta aquí, vamos a ver qué pasa. No me preocupé por nada.”
El cambio de reglamento como una oportunidad
Con vistas a 2027, Viñales ve con buenos ojos el cambio de normativa que reducirá el uso de ayudas aerodinámicas y sistemas como el rear device: “Sí que voy a salir beneficiado. Al no haber tanto apoyo electrónico, el talento del piloto volverá a marcar la diferencia”. Esa confianza en su propio pilotaje se traslada a su forma de entender la evolución: “Hay tres pilares que me sostienen: constancia, disciplina y ser positivo. Me agarro a ellos como si no hubiera otra cosa”.
Un piloto en paz consigo mismo
Más allá de lo técnico, Viñales admite estar en una etapa de plenitud mental. “No diría que estoy tranquilo, porque esto son carreras y sigo teniendo nervios cada vez que salgo a pista. Pero sí es el momento en el que más confío en mi talento y en mis posibilidades”. Y lo resume con una frase que refleja bien su estado actual: “Déjalo que salga. Haz lo que tengas que hacer, que fluya y olvídate de resultados e historias. Solo pilota lo mejor que puedas.”
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