
Tras el primer Gran Premio de la temporada, celebrado en Qatar el pasado fin de semana, Maverick Viñales ha afirmado sentirse incómodo sobre su moto, notando sensaciones extrañas que le llevan a entender que todo el trabajo de la pretemporada no ha sido el adecuado, no ha visto mejoras y no puede dar su máximo sobre la moto de la marca italiana.
Maverick Viñales finalizó la primera prueba de Campeonato en duodécima posición, a 23 segundos del líder y ganador de la carrera, Enea Bastianini. El piloto catalán confirma sentirse extraño, aún, sobre su Aprilia. El dato más curioso es que Viñales llegó a meta 21 segundos después de su compañero de equipo, Aleix Espargaró, que finalizó cuarto. Esto quiere decir que es casi un segundo perdido por vuelta, difícil de entender. Aunque el reciente piloto de Aprilia, con su rendimiento, deja claro que aún no domina al 100% la RS-GP.
Recordemos que el ex piloto de Yamaha rompió su relación con la marca japonesa en pleno Campeonato de 2021. Se le negó correr en varios Grandes Premios, en varios circuitos. Cuando se hizo oficial su marcha, al poco tiempo dio la sorpresa uniéndose a Aprilia, equipo con el que pudo disputar las últimas cinco pruebas del Mundial, del pasado año, logrando un octavo puesto como mejor resultado, en el circuito de Emilia Romagna (Misano).
Viñales admite que el final de la temporada pasada fue un proceso para adaptarse a su nueva moto. La Aprilia era y es aún un nuevo reto. Así que empezó a probarla como si de un test de pretemporada se tratara y no como el final del campeonato. El cambio fue notable, ya que la Yamaha M1 la llevó desde 2017 (4 años). Tanto él como el equipo de Aprilia se tomaron las cosas con calma, no querían exigirse resultados.
Como declara Maverick para Motorsport: “La carrera no fue como había planeado. Pero la realidad fue otra, y en ningún momento me sentí a gusto con la moto. Es hora de entender qué pasa. Yo pongo de mi parte, pero es muy complicado”. Respecto a identificar cosas de la moto, las que más le incomodan, se refirió al giro y al tren delantero: “Las cosas que más me complican la vida es el poco giro de la moto y las sensaciones que me transmite el tren delantero. Es muy raro. Tengo las mismas sensaciones que en las últimas carreras del año pasado. En invierno, en cambio, me encontré mucho mejor”.
Para finalizar quiso concluir: “Estoy en el mismo punto que el año pasado con esta moto, y eso significa que en pretemporada no hicimos un buen trabajo. Tengo muy claro qué pasa, pero no cómo solucionarlo. Seguramente, el ADN de la Aprilia lleva al piloto a tener que hacer cosas muy distintas a las que yo estaba acostumbrado”, recalca el piloto catalán, que incluso lamenta no hacerse con la moto y tardar tanto en acomodarse junto a ella.
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