Viñales termina el fin de semana con ganas de hacer un ‘reset‘ y ya piensa en Phillip Island, donde espera tener una nueva oportunidad.
El balance general de los pilotos de Aprilia es muy negativo. Aleix Espargaró ha insistido en la falta de grip de la RS-GP, algo esencial en una moto si quieres ir rápido en pista. Por otro lado, Maverick Viñales lo ha tenido todavía más complicado, no ha podido finalizar la carrera y cuenta, tal y como ha podido recoger nuestro colaborador Manuel Pecino, que ha sufrido mucho y le ha sido muy difícil defenderse.
Malas sensaciones este fin de semana para el #12. «No sé ni cómo lo hice para poner la moto en primera fila, luego hemos vuelto a la sensación normal de todo el fin de semana, sufriendo, sobre todo difícil defenderse. Di Giannantonio me ha pasado que parecía que iba parado. Me voy a quedar con la sensación del sábado cuando pude exprimir la moto al máximo«.
Sus oportunidades están en los siguientes GP de la gira asiática. «De todas las carreras que hay en la gira, sé que Mandalika y Phillip Island son mi oportunidad, ahora toca intentar olvidar esta lo más rápido posible y concentrarse en la siguiente. Sé perfectamente que mis dos oportunidades son estas: Mandalika y Phillip Island. Intentaremos ser perfectos en Australia«.
«Lo de Austin fue un milagro; llegamos a Jerez y fue un desastre«
Pero… ¿por qué Mandalika y Phillip Island? «El de Australia tiene asfalto nuevo, es un circuito en el que la moto tampoco cuenta mucho… Obviamente sabemos que ahora mismo hay una marca que juega otra categoría, pero vamos a intentar estar ahí, a ver si realmente podemos estarlo. En Mandalika dejamos escapar una buena oportunidad«.
El jefe de Aprilia dijo tras la victoria en Austin que tenían la mejor moto. «Hoy [Japón] es lo que hay. Iba todo el rato patinando de adelante hasta que la he perdido, no he podido hacer nada más. Es normal que diga eso [el jefe], la gente se emociona demasiado, pero en Austin conseguí hacer lo que hice aquí el sábado: sacarme de la chistera todo lo que tenía. La verdad es que sí, mirándolo así, eso fue un milagro; luego llegamos a Jerez y fue un desastre«.
Viñales explica los problemas con el freno. «Eso aquí pasa mucho. Se calientan y, sobre todo, detrás de las motos cuesta mucho pararte. Entonces todo el rato le estás pidiendo al freno delantero muchísimo. Nosotros ya desde la segunda salida decidimos ir con los frenos más potentes que había; tienes que dar mucha potencia de frenada y no te paras«.
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