
Youngtimmer es un término anglosajón que se refiere a las motos de los años ochenta hasta principios del 2000. Y cada vez hay más gente jóven que busca y compra este tipo de motos de segunda mano
Pero la pregunta es: ¿Hay gente que verdaderamente compra esas motos? Pues sí, hay muchísima gente que compra ese tipo de motos y no sólo para piezas de despiece, sino para restauraciones sea como coleccionismo, para su uso a diario o para su posterior venta.
¿Por qué se buscan cada vez más las motos de segunda mano?
Esto ocurre básicamente por 2 motivos: por un lado, comprar motos accesibles y baratas de precio. Motos que ya no se deprecian más y que si se cuidan bien incluso pueden revalorizarse. Motos que pueden adquirirse por cantidades irrisorias frente a los precios de motos nuevas. Y por otro lado, el placer de poseer una moto que va a funcionar a plena satisfacción y en la que uno puede entretenerse en los mantenimientos y restauración. Motos que, por otra parte, fueron lo mejor de la industria motera y tienen una carga emocional muy alta. Pero no sólo es carga emocional: son motos que fueron punteras hace unos años y que en muchos aspectos siguen estando muy actualizadas.

Casos como la mítica Yamaha Super Teneré de 750, la Africa Twin, o alguna versión GS de la BMW de los años 90, reinas del desierto, o de las Honfa VFR 750, CBR 600/900, Yamahas R1, R6 y algunos modelos de Suzuki o Kawasaki, como la ZZR 600. Pero hay muchas motos más: ruteras, urbanas, deportivas o trail. Hay mucho donde elegir, y en función del estado, a unos excelentes precios de adquisición. No nos referimos a compradores nostálgicos que no quieren abandonar su pasado. Estamos hablando de gente jóven que ha decidido que no merece la pena gastarse tanto dinero en una moto nueva, trufada de electrónica, con costes de mantenimiento y adquisición (y seguros) altos y que proporcionalmente y en términos de disfrute no dan tanto como las motos más antiguas.
Si tienes idea de restaurar una moto, aquí te mostraremos unos consejos a tener en cuenta
Motor y transmisión. Es lo primero que debemos de mirar a la hora de comprar una moto para restaurar, ver si arranca es lo primero que tenemos que probar y de no ser así localizar dónde está la avería y valorar si nos interesa dicha inversión. Tenemos que saber qué tipo de transmisión (caja de cambios) lleva la moto; si es primaria, si lleva monodisco en seco, si es embrague centrífugo, etc.… Si es secundaria deberemos revisar el kit de arrastre (plato, piñón y cadena) pues estos elementos sufren mucho con el paso del tiempo y sobre todo se oxidan.
Electricidad. La mayoría de las motos clásicas no tienen batería, puesto que la electricidad suele ser suministrada directamente por el alternador y un regulador. Estos dispositivos son los que tenemos que revisar con mucha atención, pero si la moto es más moderna llevará una batería que casi con total seguridad tendremos que cambiar.
Neumáticos. Lo más probable es que haya que sustituirlos, sobre todo si la moto lleva mucho tiempo parada o si lleva mucho tiempo al sol. A la hora de fijarnos en los neumáticos no sólo nos fijaremos en los pelitos o en los dibujos, donde verdaderamente nos debemos fijar es en si el neumático está cuarteado (grietas en la goma) que suele ser un problema típico de motos que pasan mucho tiempo expuestas al sol. Si así fuera deberemos de cambiarlo con total seguridad, pues cuando la goma está agrietada pierde todas sus funciones de agarre exponiéndonos así a un gran peligro pues puede terminar rajándose.
Tornillería. Lo recomendable será sustituir todos los tornillos mayormente en motos que han estado mucho tiempo expuestas a la intemperie, porque el óxido a la hora de aflojar o desmontar piezas hará que los tornillos se rompan.
Después de ver todos estos elementos, nuestro consejo es que para ver con total seguridad el estado de la moto una vez comprada es desmontarla por completo y ver el estado de todas sus piezas. Una cosa muy importante será que antes de empezar a trabajar en ella deberemos limpiar bien todas las piezas de la moto para eliminar cualquier tipo de impurezas. También es importante y siempre que podamos disponer de él, tener un manual de la moto que compremos para restaurar, pues nos será de gran ayuda a la hora de que nos surja cualquier tipo de duda.
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