Honda está trabajando desde hace ya tiempo, en un periférico cerebro-moto que llevaría a las ayudas electrónicas al máximo nivel, dando unas posibilidades que ahora se nos antojan casi ciencia ficción. El quid de este ámbito de desarrollo en la casa Japonesa es ser capaz de captar los impulsos cerebrales y anticiparse así mucho más al piloto y sus verdaderas intenciones sobre la moto.
Actualmente la programación encerrada en las centralitas de gestión electrónica, ya sea combustible, tracción, frenada etc. Tratan de facilitar y proveer una conducción más segura y únicamente trabajan de esa manera, hacen lo que su programador les ha “enseñado” salvo que intercedas desconectando estas ayuda electrónicas de estabilidad y seguridad.
Pero, ¿qué pasa cuando en ciertas condiciones y en el fragor de la conducción quieres salirte instantáneamente de estas ayudas? pues nada porque todo está configurado para funcionar como debe. Aquí es donde entra esta idea de Honda, un elemento (casco) compuesto de sensores que serian capaces de interpretar tus ondas cerebrales para adaptarse a lo que realmente quieres en ese momento.
En las imágenes de la patente registrada, se muestran ejemplos muy fácilmente comprensibles como el de un usuario haciendo un caballito, una maniobra que esta tecnología facilitaría, ya sea para mantener la rueda delantera arriba desactivando el antiwheelie momentáneamente o bajarla si tus intenciones realmente no eran esas.
Cuéntame otra película de ciencia ficción dirán muchos, pero la realidad actual es que hay bastantes empresas trabajando desde hace años en sistemas que interpreten los impulsos cerebrales en muchos aparatos. Ni que decir tiene que la moto y sus ayudas electrónicas pueden ser buenas beneficiarias de estos avances, ¿no os parece?
Decisiones bien maduradas
Así lo piensa Honda que en estas patentes registradas y estos nuevos avances no son fruto de una noche de verano ya que hace casi 11 años presentaba un video con su robot ASIMO siendo controlado “telepáticamente”. El tema que hoy nos ocupa y en las que se llevaría trabajando desde hace algo más de un año, tal y como se muestra en los documentos que el fabricante japonés oficializó con su registro de estas patentes.
Para entender mejor cómo trabajaría este sistema, hay ejemplos gráficos y diagramas de flujo en los documentos que nos dejan la idea cristalina. En estas situaciones, un casco con sensores sería capaz de captar los impulsos del cerebro y saber si el piloto tiene intención de realizar estas maniobras o no, ayudándole o evitándolas si son fruto de un error del conductor.
La información se enviaría a un ordenador conectado con una plataforma de medición inercial como lo que conocemos de modelos actuales, aplicando todos los datos disponibles en los sensores para evitar un posible accidente. Esto no es todo, se teoriza sobre una inteligencia artificial que poco a poco iría aprendiendo del estilo de conducción del usuario para gestionar las ayudas en consonancia y anticiparse cuando detecte algún comportamiento no habitual en el motorista.
Imaginamos que no es una tarea baladí el desarrollo de una tecnología así, y que necesita de tiempo y dinero para que llegue al usuario final. Pero los tiros del futuro van en esta dirección y con sentido único.
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