Ante la nueva situación de confinamiento en el hogar de la mayoría de los españoles (excepto los que trabajan), los moteros nos planteamos algunas cuestiones.
En primer lugar, podemos usar nuestra moto o scooter para ir a trabajar (si somos de los que podemos hacerlo) o para poder ir al supermercado o alguno de los comercios autorizados. Y poder desplazarnos en moto nos da más libertad para no tener que aparcar en los parkings cerrados y alejarnos un poco de los demás, siempre foco de riesgo.
Ya se sabe que los coches son más sensibles a propagar el virus (volante, manillas de las puertas, elevalunas, palanca de cambios, salpicadero, guantera…) ya que los “cocheros” no usan guantes. No es el caso de la moto, donde sí usamos guantes y es casi imposible que el virus se acomode en alguna parte de la moto, cosa que sí ocurre en los coches. Eso sí, mejor extremar precauciones para no sufrir percances.
Lo que NO podemos ni debemos hacer
Prohibido coger la moto e irnos de ruta, aunque sea en solitario. Ir de ruta no es un desplazamiento prioritario, por lo tanto, las autoridades nos pueden detener y hacernos volver a casa… y según la circunstancia, además nos volvemos con una “receta” (de 100 a 600€ en el mejor de los casos). Y ojo, que la picaresca patria siempre nos puede hacer decir que cada uno va a comprar el pan donde quiere… aunque sea a 200 km. No colará.
Imaginar que por mala suerte, nos caemos de la moto y nos tienen que hospitalizar… bastante trabajo tienen ya los servicios sanitarios para tener que añadirles trabajo “extra”. Así que NO se puede salir de ruta, ni se debe hacerlo por pura solidaridad con un colectivo que ya está sometido a un altísimo estrés. Y da igual que la ruta sea por carretera o sea off road, donde hay incluso muchas posibilidades de que estemos solos durante toda la ruta. No es sólo la remota (o no) posibilidad del contagio, es la posibilidad de sufrir un accidente con hospitalización lo que nos debe mantener en casa.
Por supuesto, las tandas en los circuitos están más que desaconsejadas. Están prohibidas. Sean en circuitos de asfalto o de cross. Tan prohibidas como salir en bici a dar una vuelta. Por lo mismo: no sólo contagio, sino evitar cargar de trabajo a los servicios sanitarios.
Lo que SÍ podremos hacer
Es llevar la moto al taller, o a la ITV si nos toca. Los talleres no están afectados por los cierres (no en este 1er paquete de medidas, al menos) y todos los trabajadores irán a sus puestos de trabajo. Incluso los suministros a talleres (recambios), aunque estén cerrados al público, seguirán funcionando para que en los talleres os puedan mantener/ arreglar la moto. Y nos consta que muchos talleres ya están tomando medidas: mantener a los clientes algo alejados, darles guantes para la operación de pago (tarjeta, efectivo), uso de guantes en la relación con el cliente y que estén el menor tiempo posible en el taller. Y por supuesto, evitar las tertulias y las charlas.
De hecho, en estos días de inactividad, podéis aprovechar para llevar la moto al taller y hacerle la revisión, cambiar los neumáticos o lo que sea que le toque a la moto. Es una buena oportunidad para hacerlo. Los talleres os lo agradecerán.
Por lo demás, la DGT estará funcionando bajo mínimos, y cada jefatura provincial determina exactamente cuales son los servicios que puede atender. Antes de desplazaros para alguna gestión “obligada” llamar por teléfono y aseguraros. Finalmente, la DGT ha levantado las restricciones al tráfico de los vehículos pesados hasta el 28 de marzo, precisamente para garantizar los suministros de los bienes esenciales que todos podremos seguir adquiriendo en los comercios. Esta medida, que podría ser prorrogable según la situación, debería servir para evitar que los “cafres de siempre” acudan a los supermercados a arrasar con todas las existencias, como si se fuera a declarar la 3ª guerra mundial.
Las medidas del gobierno son razonables y necesarias. Que funcionen mejor o peor dependerá de nosotros mismos y de lo estrictos que seamos con el confinamiento. Pero si todos lo hacemos bien, es probable que en 3 o 4 semanas ya estemos volviendo a la normalidad, o al menos, nos acerquemos a ella.
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