
Las suspensiones tienen un papel vital en la seguridad y en la eficacia del funcionamiento de una moto. Pero con demasiada frecuencia, lo olvidamos y no les damos el mantenimiento adecuado
Las suspensiones son las encargadas de mantener el mejor contacto entre los neumáticos y el asfalto. Cuanto más efectivo sea ese contacto, tendremos mejor adherencia, mejor frenada y mejor amortiguación. No solo eso: unas suspensiones mantenidas y regladas cuidan más el chasis y la estructura de la moto al minimizar golpes, vibraciones o torsiones. Y finalmente, las suspensiones son las responsables de la comodidad del piloto y pasajero (si es moto de carretera) o de la eficacia en pista (si es moto de circuito). Y en ambos casos y siempre, de la seguridad de la moto.
Demasiado beneficio para no mantenerlas en un estado óptimo. Aun así, el mantenimiento de las suspensiones de la motocicleta es en muchas ocasiones, el gran olvidado. A nuestra moto le cambiamos el aceite, los filtros, las bujías y los neumáticos cuando toca. Engrasamos y tensamos la cadena y cambiamos las pastillas de frenos también. En eso solemos ser bastante estrictos.
¿Y las suspensiones?
También tienen su mantenimiento y ahí ya no hacemos siempre lo correcto. Las suspensiones actuales funcionan con una combinación de aceite, muelle, aire y en muchas ocasiones también gas (nitrógeno). Para que estos componentes hagan funcionar las horquillas y los amortiguadores de forma óptima, necesitan su mantenimiento periódico, que es lo que garantiza que todo el sistema de suspensiones sea eficaz y seguro.
Nos hemos encontrado muchas motos de gran cilindrada, incluso que suelen viajar cargadas (con 2 personas y equipaje), que no han desmontado el amortiguador en 50.000 o 60.000 km, ni cambiado el aceite de horquillas. El caso es que con la falta de mantenimiento, las suspensiones van perdiendo eficacia. Pérdida que no notáis porque es lenta y gradual y nos vamos acostumbrando. Hasta que un día, en una exigencia imprevista o límite, las supensiones no responden bien y sobreviene el susto o peor aún, el disgusto.
¿Qué mantenimiento tienen?
Mantenimiento básico es desmontar amortiguador y horquillas, limpiar todo el interior, cambiar algún componente dañado, sustituir el aceite y volver a montar. Si no hay mantenimiento (o el mantenimiento es escaso), primero el aceite, luego el gas y finalmente el muelle nos darán problemas antes de lo debido. Y no suelen ser problemas agradables.
Lo primero es adecuar el mantenimiento al tipo y uso de moto. No requiere el mismo mantenimiento una moto de circuito que una moto de carretera. Ni una moto de trial que un scooter, por ejemplo. Y lo segundo (poca gente lo hace) es ajustar las suspensiones al peso y al uso de la moto. El paso del tiempo y el uso va degradando el aceite de horquilla y amortiguador. Las suspensiones de hoy día se basan en el aceite, tanto de horquilla como de amortiguador. Este aceite se degrada con el calor. Cuanto más trabaje una suspensión, más temperatura coje el aceite y más se degrada.
¿Cada cuánto tiempo debo revisar las suspensiones?
En las motos de carreras, horquilla y amortiguador deben desmontarse y revisarse cada poco tiempo. Depende de la moto, piloto y el campeonato, pero en nivel campeonato de España, los punteros ya lo hacen cada carrera o cada 2 carreras (depende del presupuesto disponible). En una moto de tandas, se hace 1 vez antes de empezar la temporada. En motos de carretera, ÖHLINS recomienda hacer mantenimiento de suspensiones entre 20.000 y 30.000 km. Aun así depende de la moto: una moto cuyo amortiguador está colocado justo al lado del escape lo necesita antes, ya que trabajará a mayores temperaturas.
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