Mv Agusta siempre ha sido una moto premium, no apta para bolsillos ajustados. Pero ahora, y de la mano de su CEO Timur Sardarov, parece ser que puede dar un paso más en esa dirección.
Lo cierto es que los últimos movimientos de MV apuntan a esa dirección: con la incorporación al staff directivo de Mv Agusta de Filippo Bassoli, así lo parece. ¿Y quien es Filippo Bassoli?
Bassoli es uno de los “hombres fuertes” de la empresa australiana Deus Ex Machina, marca premium especializada en venta de ropa motera y además, fabricante y preparador de motos. Deus Ex Machina ha construido motos para Billy Joel, Bruce Springsteen, Jason Mraz y muchos otros. La filosofía de Deus es fabricar motos singulares, en las que pierden dinero. Y por esta razón su CEO Dare Jennings explica” vendemos también ropa para no ir a la quiebra”. Y ganan mucho dinero con la ropa y los complementos, dicho sea de paso. Han creado una marca icónica, muy deseada y de muy alta imagen.
Deus tiene tiendas, de carácter lujoso, en Sidney, Tokio, Milán, París, en la isla de Bali, Venecia, Los Angeles y en bastantes lugares más, incluído Ibiza, cómo no.
Pues bien, Bassoli, nuevo director de marketing de MV Agusta sigue conservando su puesto en Deus, de lo que se deduce que MV Agusta y Deus Ex Machina van a trabajar conjuntamente en diferentes proyectos.
La idea de Sardarov es montar centros de lujo que girarán en torno a las MV Agusta. Está claro que Sardarov busca posicionar a la marca italiana como un objeto símbolo de status para quien lo posea. No sólo la moto, también todo lo que rodea la moto.
En cuanto a Deus, estuvo a punto de ser adquirida por la multinacional francesa del lujo LVMH que posee entre otras las marcas Bulgari, Moet & Chandon, Vuitton, Givenchy, Dior… y la marca de bicicletas Pinarello. Y sigue en su órbita. Si Pinarello está en la nómina de marcas de LVHM, no hay razones para pensar que MV Agusta no pueda intersarles también.
En síntesis, el CEO Sardarov está metido en dos líneas de actuación: por un lado, tratar de que sus motocicletas sean las mejores, competitivas y tecnológicamente irreprochables. Pero por otro lado, está dirigiendo el posicionamiento de la marca italiana hacia el mundo del lujo y de la exclusividad. Motos excelentes, a precios muy altos y rodeadas de complementos igualmente premium y personalizables. Y quizás en una red de concesionarios más orientada al lujo que a la motocicleta.
Malas noticias para los moteros, ya que todo apunta que los precios de MV nunca estarán al alcance de lo bolsillos más corrientes.
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