Ambas marcas continuarían existiendo, aunque quedarían bajo el paraguas de un mismo holding
Todo ello, en condiciones que deberán cerrarse antes del próximo junio. El dúo podría convertirse en trío si Mitsubishi Motors -controladas por Nissan en un 24,5% – así lo decide a finales de enero. El anuncio ha resultado en subidas en la bolsa de Tokio para los tres interesado: Un 3,8% para Honda, un 1,6% para Nissan y un 5,3% para Mitsubishi Motors.
En cualquier caso, no será una fusión entre iguales. Aunque las ventas de Honda y Nissan son similares, el valor bursátil de la primera cuadriplica al de la segunda. Mitsubishi, por su parte, prácticamente ha abandonado China, el mayor mercado automovilístico del mundo. De este modo, Honda podrá elegir a la mayoría de los altos directivos y al presidente del futuro holding. Una de las incógnitas por despejar es el papel que jugará Renault, que buscaría desprenderse de su 35% en Nissan. La debilidad de esta -ahora acentuada, aunque se remonta a finales de la década pasada- había sido husmeada por la taiwanesa Foxconn. Según la prensa japonesa la posibilidad de que tomara una participación precipitó la apertura de negociaciones con Honda para crear un segundo gigante nipón.
El advenimiento del tercer mayor grupo automovilístico del mundo
Honda y Nissan presentan su fusión como el advenimiento del tercer mayor grupo automovilístico del mundo, solo por detrás de Volkswagen y del número uno, Toyota. Esta última -con participaciones tambié n en Subaru, Suzuki y Mazda- quedaría como único otro polo del sector en Japón. Además, Honda y Nissan han firmado una declaración de intenciones que va más allá del trato que cerraron entre marzo y agosto pasado para innovar y desarrollar software de forma conjunta.
En realidad se preparan, con un cierto retraso, para plantar cara al vendaval que viene de China. Como hacen los demás grandes fabricantes de coches. El mercado chino fue para estos, durante un cuarto de siglo, un auténtico maná. Ya no. Hace dos años, el 53% de las ventas aún correspondían a marcas extranjeras. Hoy son el 33%.
Las multinacionales niponas justifican el paso de la competencia a la fusión en “los drásticos cambios en el entorno”. Juntas deberán reducir costes y aumentar ventas
El caso es que Nissan está sumida en una crisis de resultados y con un plan en marcha para recortar 9.000 empleos, el 20% de su capacidad. A su vez, quieren ganar músculo con Honda para competir en el mercado del coche eléctrico, que ha avanzado lentamente en Japón. En Tokio, los taxis vintage todavía dominaban el paisaje hace siete años, cuando empezaron a ser jubilados por vehículos híbridos. Pero los puramente eléctricos eran prácticamente invisibles hasta 2022, cuando las autoridades empezaron a costear hasta dos tercios de la transición hacia flotas menos contaminantes.
“La integración tiene el potencial de dar forma a nuestro futuro”, ha expresado Makoto Uchida, presidente de Nissan. Pero el expresidente Carlos Ghosn -hoy prófugo en Líbano- ha criticado que Nissan haya entrado “en pánico”, cuando las dos marcas están “lejos de ser complementarias”. El presidente de Honda, Toshihiro Mibe, reconoce que han movido ficha para ganar masa crítica y que, de no hacerlo, podrían ser barridos hacia 2030.
China ha tomado la delantera en el coche eléctrico, con empresas como BYD y Geely, que simbólicamente sustituye a Nissan en la Zona Franca de Barcelona a través de Chery. Desde hace seis meses, en China se venden más coches eléctricos que convencionales y el cielo de sus ciudades se vuelve más azul. En otras partes se cubre de bruma.
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