
El Congreso ha aprobado la propuesta no de ley para reducir el límite de alcohol permitido en sangre para todos los conductores, sean de vehículos motorizados o no, a 0,2 g/l en sangre y 0,1 mg/l en aire espirado
Esta iniciativa ha contado con el respaldo de 175 diputados, mientras que 33 se opusieron y 138 se abstuvieron. Es un primer paso para su aprobación definitiva. Ahora es el turno del Ministerio de Interior para que se reforme el artículo 20 del reglamento de circulación.
Una estrategia para disminuir el impacto del alcohol en los accidentes de tráfico
El objetivo es alinearse con países como Suecia y Noruega, donde ya existen estos límites, en contraposición a otros como Francia o Italia, que mantienen una tasa de 0,5 g/l. La medida, impulsada por el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska y avalada por la Dirección General de Tráfico, se enmarca en una estrategia para disminuir el impacto del alcohol en los accidentes de tráfico, que actualmente es la segunda causa de siniestralidad mortal en nuestro país con un 29% de los accidentes mortales en 2023. Dato que no para de crecer año a año, por daros más contexto, en 2020 supuso el 27% de los accidentes mortales.
Los límites de alcohol permitidos en España no han cambiado en 35 años, y esta actualización responde a la urgencia de evitar más tragedias en las carreteras. La medida también cuenta con un fuerte apoyo de diversas asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico.
Reducción de la tasa de alcohol en sangre: de 0,5 gramos por litro a 0,2 gramos por litro
El cambio más significativo de esta propuesta es la reducción de la tasa máxima permitida de alcohol en sangre para conductores en general, de 0,5 gramos por litro a 0,2 gramos por litro, una medida que también afecta al aire espirado, donde el límite pasaría de 0,25 miligramos por litro a 0,10 miligramos por litro.
Y decimos que es un cambio significativo porque esta reducción de la tasa permitida solo se contemplaba en el borrador del Reglamento de Circulación para los conductores noveles y profesionales, que actualmente tienen límites más estrictos de 0,3 g/l y 0,15 mg/l. Por lo que, el objetivo ahora es extender la nueva tasa de 0,20 gr/l a todos los conductores, dando igual la actividad o la antigüedad del carnet.
Solo cero es cero
La DGT justifica esta medida basándose en estudios que demuestran que incluso cantidades pequeñas de alcohol pueden afectar a la capacidad de reacción y toma de decisiones al volante. Con la nueva tasa propuesta, bastaría una cerveza o una copa de vino para superar el límite permitido. El consumo de alcohol afecta gravemente la capacidad para conducir, incluso en pequeñas cantidades:
- Con tasas de 0,3 a 0,5 g/l: los conductores ya experimentan un aumento del tiempo de reacción, problemas de coordinación y subestimación de la velocidad.
- A partir de 0,5 a 0,8 g/l: surgen problemas de percepción de la distancia, impulsividad, y menor capacidad de ver correctamente.
- Entre 0,8 y 1,5 g/l: los problemas se agravan, con visión distorsionada, pérdida de coordinación y un comportamiento impulsivo e impredecible.
- Finalmente, de 1,5 a 2,5 g/l: la conducción es extremadamente peligrosa, con graves problemas de percepción, atención y control, lo que genera un comportamiento errático e impredecible.
Según informa la DGT, el alcohol puede empezar a detectarse en la sangre a los cinco minutos de haberlo ingerido y alcanza su máximo nivel entre los 30 y 90 minutos siguientes. A partir de este momento, comienza a desaparecer lentamente de la sangre hasta su completa eliminación y puede tardar entre 6 y 10 horas, por lo que aquello de «me duermo un rato y listo» no funciona en absoluto. También os recordamos que hacer burpees o jumping jacks para sudar el alcohol antes de conducir o en un control de alcoholemia tampoco hará que tengamos una tasas más baja.
España está por debajo de la media de siniestralidad de la UE
España ha logrado posicionarse por debajo de la media de siniestralidad de la Unión Europea, con 36 fallecidos por millón de habitantes, en comparación con la media comunitaria de 47. Sin embargo, el objetivo del Gobierno es reducir aún más estas cifras, acercándose a países con las tasas más bajas de mortalidad vial, como Suecia, Dinamarca y Alemania. En estos países, las políticas de «tolerancia cero» o de límites extremadamente bajos en la tasa de alcoholemia han sido clave para lograr una reducción significativa de accidentes fatales relacionados con el consumo de alcohol.
En este contexto, la propuesta de rebajar la tasa de alcoholemia en España sigue la línea de países como Polonia y Estonia, donde el límite es de 0,2 gramos por litro, e incluso Rumanía y Hungría, donde se aplica la prohibición total de alcohol al volante. Con esta reforma, España espera no solo continuar mejorando su seguridad vial, sino también servir de ejemplo dentro de la Unión Europea, contribuyendo a la visión de reducir las muertes en carretera a cero en las próximas décadas.
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