La Interceptor 650 conserva la esencia de las clásicas británicas, añadiendo una mecánica y tecnología de lo más actual
La Royal Enfield Interceptor 650 se ha consolidado como una de las motocicletas más emblemáticas del segmento neo-retro, combinando el encanto de las líneas clásicas con la tecnología y fiabilidad actuales. La renovada Interceptor 650 cuenta con un motor y escape en negro que cohesiona la estética de la motocicleta, fusionándose de manera impecable con su chasis y centrando la atención en su depósito de combustible, lo que genera una imagen y una presencia imponente y atractiva.
Diseño clásico
El aspecto de la Interceptor 650 es, sin duda, uno de sus mayores atractivos. Royal Enfield ha sabido mantener la silueta tradicional de las roadster británicas de los años 70, con un depósito de gasolina en forma de lágrima y líneas limpias que atrapan a los nostálgicos de esas épocas. A pesar de este clasicismo, la interceptor 650 incorpora un faro LED circular que aporta una gran visibilidad, tanto delante como detrás, y añade ese toque moderno a esta roadster setentera.
El manillar ancho, la baja altura del asiento de sólo 805 mm y la confianza que inspira la posición de conducción de la Interceptor 650 se han diseñado para la comodidad con un sutil toque deportivo. El panel de control sigue siendo analógico, con dos esferas donde se muestran las revoluciones y la velocidad, mientras que una pequeña pantalla LCD indica la información sobre el viaje, consumo y combustible.
Motor suave
Bajo su estética vintage, la Interceptor 650 esconde un robusto motor bicilíndrico en paralelo de 648 cc, refrigerado por aire y aceite, que ofrece 47 CV de potencia y 52,3 Nm de par máximo. Este propulsor destaca por su suavidad al acelerar, una entrega de potencia lineal y una respuesta relajada pero suficiente para para sortear el tráfico urbano o para viajar sin esfuerzo a velocidad de crucero en carretera.
En la parte ciclo, la Interceptor 650 mantiene. La suspensión delantera con una horquilla telescópica acompañada de unos fuelles que refuerzan la estética retro. Le acompaña el doble amortiguador trasero de gas con ajuste en precarga, logrando una gran estabilidad confort durante la conducción. El sistema de frenos, compuesto por un disco delantero de 320 mm y otro trasero de 240, equipan pinzas firmadas por Bybre, mejorando la capacidad de frenada y seguridad respecto a versiones anteriores. Ambos discos cuentan con sistema ABS.
Equipamiento premium
Hay que resaltar la calidad de los acabados de esta roadster clásica, y es que Royal Enfield no ha descuidado ningún detalle, destacando los nuevos interruptores fabricados en aluminio para un mejora agarre y tacto. Además, la versión Blackout de la Interceptor 650 equipa llantas de aleación con neumáticos sin cámara, para una mayor tranquilidad incluso en viajes largos. Completa el equipamiento el puerto USB que permite cargar el teléfono durante la conducción.
La Royal Enfield Interceptor 650 es la opción ideal para los que buscan una moto clásica y sencilla. Esta roadster clásica está disponible desde 6.787 euros en diversos acabados, entre la que destacan las variantes Barcelona Blue y Black Ray, con llantas de aleación de serie, y la terminación Mark 2 que luce un depósito en aluminio pulido con detalles en rojo.
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