En Tokio tiene su fábrica AC Sanctuary. Empezó con un pequeño taller y ahora ya tiene seis distribuidos por Japón. Y hace dos años abrió taller también en California.
El dueño de AC Sanctuary, uno de los imperio de las preparaciones, es el japonés Hiroyuki Nakamura, que empezó en 1995 preparando superbikes japonesas de los años 70 y 80. Primero especializándose en Kawasaki Z1 900 y Z1 R1000, el núcleo de su negocio, aunque finalmente fue aceptando trabajar en más modelos de motos: Kawa GPZ 900, Suzuki Katana, Honda CBF y algunas más.
En Japón hay auténtica pasión por estas motos “vintage” y AC Sanctuary se especializó en traerlas de Europa y los USA y restaurarlas para sus clientes japoneses. Sorprendemente, en Japón había escasez de estos modelos ya que la mayoría de la producción de los modelos originales se dedicó a la exportación.
De la restauración pasaron a la preparación, y de la preparación pasaron al nivel RCM (Real Complete Machine), que básicamente consiste en reconstruir la moto, pero actualizándola en todos los aspectos. El objetivo de las preparaciones RCM es “aumentar su comportamiento deportivo y una vez completado el proceso, el rendimiento ha aumentado considerablemente”.
El proceso
Para empezar, los diseños se ajustan a lo que quiere el cliente. Y su primera elección es entre el nivel “life“, que es una puesta al día en lo básico y el nivel “power“, donde todas las modificaciones se llevan al extremo. Igualmente, el cliente puede elegir entre las posiciones “racing” o “cómodo“. Las diferencias entre uno u otros son notables: posición, asiento, estriberas, suspensiones…
Se empieza por desmontar íntegramente la moto y reforzar el chasis sin tocar sus medidas originales. Las modificaciones del chasis dependen de la potencia extra que se le vaya a dar a la moto y que previamente se haya pactado con el cliente. De entrada, los nuevo chasis y basculantes los produce Sculpture y ya vienen preparados para montar llantas de 17″ y neumáticos más anchos.
La suspensiones son Ohlins, normalmente de 43″ para conservar medidas originales, amortiguadores Ohlins o Nitron, llantas OZ o Marchesini y frenos Brembo completan la parte ciclo. Relojes de aspecto original, pero en muchos casos digitalizados.
En cuanto al motor y después de un desmontaje completo, se añaden los pistones de alta compresión ya que suben cubicaje y compresión, válvulas de mayor diámetro, embrague hidráulico, batería de carburadores Keihin o Mikuni, radiador de aceite y escape de titanio 4″ en 1″. Todas estas mejoras suelen dar de media unos 20cv más que lo que daban en origen. Además, aunque la Z1 900 cubica de origen 900cc, AC Sanctuary lo sube hasta los 1.165cc. Las pinturas suelen casi siempre las originales o muy similares ya que no se pretender alterar el aspecto original de la moto. El motor en riguroso negro.
Nakamura explica que, dado que casi todos sus clientes eran de Japón “y aunque hemos conseguido exportar un pequeño número de RCM, teníamos muchas dificultades debido a un sinfín de restricciones legales”. Por esta razón, en 2018 abrieron la sucursal de California, lo que probablemente facilite las exportaciones de sus preparaciones desde los USA.
Estas motos de aspecto “vintage“, sin embargo, están totalmente reconstruidas y rehechas. Son motos con chasis, suspensiones, ruedas, escape, radiadores y circuitos de refrigeración, transmisión, pintura, parte eléctrica, mandos y relojes totalmente nuevos, junto al motor rehecho y mejorado en todos los aspectos. Motos nuevas, rápidas, eficaces y seguras. Y muy capaces de plantarle cara a motos mucho más modernas de concepción.
Las motos se hacen a la carta, pero de media, las RCM suelen tener precios que oscilan entre los 20.000 y 35.000€. Pero a pesar de ello hay una larga lista de espera. ¿Podremos verlas pronto en España?
Más MOTOS cada día en MOTOSAN.ES, ¿Te SUSCRIBISTE ya en la CAMPANITA? ¡Es GRATIS!
