Nuestro sentido de la vista es imperfecto, por lo que es importante aprender a mirar para obtener el máximo de información.
La vista humana es magnífica. No todos los animales son capaces de percibir el entorno con semejante nitidez de formas y colores, pudiendo enfocar un objeto desde una distancia de apenas unos centímetros hasta el infinito. Sin embargo, sufrimos de enormes limitaciones de las que no somos conscientes, y algunas se ponen de manifiesto cuando aparece la velocidad. Bien sea la nuestra, o la de otros objetos. Justo lo que ocurre cuando conducimos.
Se estima que aproximadamente, el 80 o 90% de la información nos llega a través de la vista. Conocer los defectos de nuestro sentido más importante es fundamental para ponerles remedio y limitar los problemas mientras conducimos nuestra moto. Quiero contarte cuáles son, y cómo actuar para que recibamos el máximo de información a través de nuestros ojos y podamos tomar las mejores decisiones en cada maniobra.
Los trucos del cerebro
La vista no está únicamente formada por los ojos. Es un complejo sistema, formado también por músculos y nervios y en el que el cerebro juega un importantísimo papel. El ojo humano, por cómo está constituido, invierte la imagen sobre la retina, es decir, la luz que recibe acaba proyectada boca a abajo en el fondo el ojo. En los primeros días de vida, el cerebro del bebé lo corrige dándole la vuelta de nuevo, para que podamos percibirla de forma más comprensible. Es el primer truco que soluciona los defectos de nuestra vista, pero ni mucho menos será el último.
Nuestros ojos son muy lentos
El ojo humano es capaz de percibir colores y formas de forma nítida, pero todo esto se pierde en determinadas circunstancias, por ejemplo, si hay poca luz, o si los movimientos son muy rápidos. Por ponerte un ejemplo, no creo que Valentino Rossi viera pasar dos motos por delante hace una semana en el GP de Austria, sino dos sombras fugaces. ¿Para qué ibas a tener esta capacidad de «cámara lenta» si no vas a poder hacer nada salvo esperar a que tu ángel de la guarda esté contigo?
Es muy importante tener en cuenta esta limitación que tenemos de serie, pues cuando nos subimos a una moto, nos vamos a mover a una velocidad artificialmente elevada, para la que la evolución nunca nos preparó. Nosotros, y el resto de vehículos u objetos, que para el caso es lo mismo.
Mirada precisa sólo allí donde miras
Un aspecto muy curioso de nuestra imperfecta vista es que tenemos un amplio campo visual de 180º, y sin embargo, únicamente somos capaces de ver con detalle un minúsculo punto, allí donde clavamos los dos ojos. Fuera de ahí, es todo borroso, sin ningún detalle. Y sin embargo, esto no suele suponer un grave problema. Una vez más, nuestro cerebro llega a rescate para poner remedio a tan grave inconveniente.
La solución se llama «movimientos sacádicos». Los ojos no saben estar quietos, se mueven continuamente, casi cuesta dejarlos quietos mirando el punto de una i. Lo que está haciendo nuestro cerebro es sacar un montón de fotos. Los movimientos sacádicos tienen su misterio. Cuando los ojos buscan un nuevo lugar donde «disparar», el cerebro «olvida» todo aquello que capturan mientras se mueven hacia el nuevo objetivo, es información desechada. Compruébalo. Mírate en un espejo, y fija la vista en un ojo y cambia al otro, repetidamente, todas las veces que quieras. Sabes que tus ojos se mueven pero no puedes verlos moviéndose. El cerebro ignora la información que no es útil. Otro truco. ¿Y esto para qué?
Fácil. El objetivo es obtener información de todo el entorno, los 180º de campo visual, a partir de unos pocos puntos. El resto de la imagen mental se forma forma con la información borrosa de la vista periférica, pero los movimientos no aportan nada, molestan. Pero recuerda, aunque creas que lo has visto todo, es una ilusión. Sólo has visto unos pocos puntos nítidos y enfocados, pero el resto es «inventado», casi virtual. Puede que tengas la impresión de estar en posesión de todos los detalles. Pero no es así. Y eso, especialmente en moto, puede ser un problema. Por ti, y por el resto de conductores, que pueden no haberte visto.
De ahí ese consejo clásico que dice «mira dos veces». ¡Puede que te hayas perdido algo! Es una costumbre interesante, pero aún se puede mejorar. El lunes que viene te contaré más curiosidades sobre la vista y técnicas para mirar mejor y ver más.
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