
El piloto Red Bull alemán de motocross-freestyle, Luc Ackermann, ha logrado un salto impresionante, realizando un backflip entre dos camiones en movimiento
Para Luc Ackermann, la sincronización lo era todo. «Si no arrancaba a la velocidad y en el momento adecuados, me estrellaba contra la señal o no aterrizaba», explicó la estrella de 27 años del motocross freestyle tras realizar una de sus hazañas más atrevidas hasta la fecha en una autopista de su país natal, Alemania.
Ackermann, conocido por ser el piloto más joven en realizar un backflip en moto y aclamado como uno de los talentos más brillantes del FMX, saltó de un camión en movimiento a otro, superando una barrera de 9 metros de altura con solo medio segundo de ventaja. Combinando precisión atlética, creatividad intrépida y cálculos muy precisos, este logro demuestra una vez más por qué se le considera uno de los jinetes más talentosos del deporte.
Un logro científico y una demostración de la habilidad e instinto
La acrobacia fue tanto un logro científico como una demostración de la habilidad e instinto de Ackermann. Desde la plataforma de un camión a 20 km/h, aceleró su motocicleta a 54 km/h, despegando a una velocidad combinada de 74 km/h. En pleno vuelo, realizó un Tsunami Backflip, superó una barrera de 9 m de altura y aterrizó perfectamente sobre un segundo camión que circulaba delante.

El salto tuvo una longitud de 40 m, con una distancia de 23 m entre los dos camiones en movimiento, y dependió de una sincronización precisa con una ventana de tiempo de tan solo 0,5 s. Sorprendentemente, Ackermann realizó la audaz hazaña sin velocímetro.
Una maniobra totalmente controlada y calculada
Su hermano, el también profesional de FMX Hannes Ackermann, estaba a bordo del camión de despegue para dar la señal crucial del momento exacto del despegue. Entre bastidores, el proyecto se planificó y calculó meticulosamente para garantizar la máxima seguridad.
Por otra parte, Thomas Stöggl, Director de Innovación de Rendimiento Global del Centro de Rendimiento Atlético de Thalgau (Austria), analizó cada detalle: desde la aceleración de la motocicleta y la velocidad de los camiones hasta el ángulo de despegue, la trayectoria de vuelo e incluso las condiciones del viento. Esta preparación detallada convirtió lo que podría haber parecido una maniobra de alto riesgo para un observador casual, en una operación controlada y calculada.
Tras aterrizar con éxito, Ackermann describió la liberación emocional como abrumadora. «La sensación tras el salto fue increíble porque me di cuenta de que era justo lo que necesitaba», admitió. «Los preparativos duraron varios días y hubo muchísima tensión. Que me levantaran fue simplemente abrumador. Lo celebré de verdad; me volví loco».
El proyecto se ha comparado con resolver una ecuación de física en vivo, donde la velocidad, la trayectoria y la aerodinámica tuvieron que alinearse perfectamente en una decisión instantánea: una combinación impresionante de ciencia y habilidad.
¿Te SUSCRIBES GRATIS a Motosan.es en la campana 🔔? ¡SIGUE HACIA ABAJO para ver las ÚLTIMAS NOTICIAS!