Una de las fotos más icónicas que hayáis podido ver es la de Roland Free en su Vincent Black Shadow, a 242 km/h en el lago salado de Boneville en 1948. Batió el récord de velocidad de motos sin carenado y sin compresor.
Rolland ‘Rollie’ Free estaba obsesionado con superar la barrera de las 150 millas por hora, y en su búsqueda de la última décima, decidió eliminar el peso de la ropa y mejorar su aerodinámica al máximo. Y lo que llevaba en la cabeza no era un casco, era un gorro de baño como el que usan los nadadores.
La idea del récord surge del propietario de Vincent Motorcycles. Batir el récord de velocidad de 150 millas por hora le daría ventas a su moto Vincent Black Shadow. El récord era factible ya que de serie, la Black Shadow de 1.000cc ya alcanzaba las 125 millas por hora. La moto se prepara en Inglaterra, potenciando el motor y aligerando la moto al máximo (fijaros en la ausencia de freno delantero, como en el dirt track). Se prueba en una pista de la RAF y alcanza las 143 millas por hora. Poco faltaba. La moto se embarca hacia los EEUU para ir a por el récord.
En cuanto a Rollie Free, ya no era un jovencito. En el momento del récord tenía 48 años. Pero es un experimentado caza récords de velocidad con motos de serie. La idea de eliminar el asiento y adoptar tan aerodinámica postura es suya.
El primer intento lo hace con el traje de cuero y alcanza las 148 millas por hora. Rollie cree que lo poco que le falta se lo quitan las turbulencias del traje de cuero. Para el segundo intento, se quita el cuero y llega como le veis en la foto que le ha hecho famoso. Y consigue rebasar las 150 millas consiguiendo 150,3 millas por hora.
La Vincent Black Shadow se convierte en la moto más rápida del mundo. La marca Vincent la funda Philip Vincent en Stevenage (Inglaterra) en 1928 y se cerró en 1955. En estos casi 30 años fabricó varios modelos, todos con el denominador común de ser las motos más rápidas y de la extrema calidad en su fabricación. La fábrica se cerró porque Vincent prefirió acabar con su marca antes de reducir los costes que generaba la altísima calidad constructiva que empleaba. La marca murió de forma definitiva en el año 1955 a pesar de un intento de reflote en 1994 que no prosperó.
De Vincent Motorcycles a Godet Motorcycles
Y ahí se acabó Vincent. Hasta que aparece en el año 2000 el francés Patrick Godet y crea Godet Motorcycles, cuya razón de ser es restaurar, reconstruir y recrear los antiguos modelos de Vincent. Y no sólo eso, Godet también realiza motos propias, siempre con los motores y chasis Vincent. Godet es ahora mismo el referente mundial cuando se habla de Vincent.
Uno de los modelos de más éxito de Godet es la Cafe Racer. Es un motor V Twin a 50º y está fabricado totalmente nuevo partiendo del original Vincent de 1.000cc que Godet ha subido hasta los 1.330cc. Con cárteres fabricados en magnesio para controlar el peso de la moto , que en todo caso se queda en unos 185kg.
Un motor que da casi 100cv de potencia y que alcanza con facilidad los 200 km/h, equipa carburadores Mikuni, caja de cambios de cinco marchas. Es una moto deportiva equipada con un chasis Egli y horquilla Ceriani. Y aunque Godet se preocupa de añadir a la moto su arranque eléctrico correspondiente, ha mantenido los frenos de tambor, de inspiración Fontana eso sí, de alto rendimiento en magnesio y con cuatro levas. Funcionan mucho mejor de lo que puede parecer y detienen la moto con solvencia. Una moto que en Francia se puede adquirir por unos 60.000€.
Otra de las recreaciones de Godet son las Racer 500 y la 500 Grey Flash. Parten de la antigua Vincent Grey Flash que equipaba un motor monocilíndrico de 500cc montado en un chasis Egli. El motor, de nuevo recreado sobre el patrón original pero usando nuevos materiales da 60cv de potencia, tiene cárteres de magnesio, caja de cambios de seis relaciones y carburadores de 44 mm. La Racer 500 se impone desde el principio como una de las 500 GP clásicas más rápidas.
Si sois aficionados a las motos clásicas, y sobre todo a las recreaciones de las motos clásicas, Godet y todo su trabajo de recreación y restauración de Vincent son un lugar para ir a husmear.
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