La Kawasaki Z650 presentada a principio de este 2020, ha sufrido una justa evolución, que la sitúa entre las mejores naked medias. Retocar su ya exitosa fórmula, adaptándola a las exigencias de la Euro5, no ha hecho más que afianzar su liderazgo en la categoría.
Un poco de historia
Para enfocarnos en el segmento de bicilíndricas de cilindrada media, en el que Kawasaki ha estado presente prácticamente desde hace 30 años, tendremos que hacer memoria y nombrar aquellas GPZ500 de los años 90, o las ER5 que se vendieron hasta mediados de la década de 2000. Pero en 2006, la ER6 salía al mercado, convirtiéndose en un absoluto éxito de ventas. La ER6 era una perfecta moto escuela, con prestaciones suficientes y una fiabilidad que solo el paso de los años nos ha hecho apreciar. Hace ahora 4 años, la ER6 fue sustituida por la Z650, manteniendo el ya bien conocido concepto, pero acercándola a la saga más famosa de la marca de Akashi. Con esta versión 2020, se da una vuelta de tuerca más a la evolución del modelo, añadiendo valor al ya bien nutrido catálogo de prestaciones y acabados de su antecesora.
Entre las piernas
Gran parte de la culpa de que la Z650 sea una moto tan apetecible para el público, la tiene su motor. Sí, son 68 C.V., los cuales parecen no asustar a nadie. Pero más allá de la cifra, hay que entender el cómo se entrega esa potencia y cómo de aprovechable es en el día a día. Sus dos cilindros en línea se comportan como si de un motor en V se tratara, gracias al calado a 270° de su cigüeñal. Su respuesta es alegre y enérgica a cualquier régimen, por encima de las 2.000 rpm. Esa alegría en la respuesta deja explotar su faceta más deportiva, pero también nos añade un plus de seguridad ante cualquier situación en la que un certero golpe de gas nos pudiera hacer falta. Sus cifras de par han disminuido levemente, respecto su antecesora, debido a las restricciones anticontaminantes de la Euro5. Pero el que los 6,4 Nm de par los entregue a 6.700 rpm y que su cifra de potencia máxima sea a 8.000, nos da una idea de lo elástico y utilizable que es este propulsor.
Además de ser muy utilizable en bajo y medio régimen, la Z estira y estira hasta las 10.000 rpm, emitiendo un sonido de admisión muy característico y adictivo. Hay quien prefiere el sonido que sale del escape, en vez del que emite el motor. Pero en este caso, debo subrayar el profundo y agudo sonido que emite este, cuando abrimos gas a fondo y estiramos sus marchas hasta el límite. Quien quiera complementar esta melodía con el sistema de escape completo Akrapovic, ofrecido como accesorio por la propia Kawasaki, obtendrá una orquesta filarmónica mecánica, digna del mejor concierto de año nuevo.
Ciclo y ergonomía
No puedo dejar de ser objetivo en el análisis de la Z650. A pesar de ser una gran moto, lo estrictamente ajustado de su precio hace que encontremos algunas limitaciones inevitables. Sus suspensiones podrían ser uno de estos puntos en los que el maldito parné es el culpable. Si bien el tarado de estas se encuentran en un punto de compromiso acertado para todo uso, cuando buscamos las cosquillas al conjunto, encontramos sus límites. No fácilmente, todo sea dicho. Su horquilla convencional de 41mm no ofrece regulación alguna. Explotando la vertiente más deportiva de la Z650, echaremos en falta algo más de precarga y capacidad de absorción del tren delantero. También su amortiguador trasero, regulable únicamente en precarga del muelle, puede llegar a sus límites cuando circulemos con pasajero a ritmo alegre.
Pero no se va a estropear el cocido por un garbanzo negro, claro está. Del mismo modo que menciono lo justo de sus suspensiones, he de alabar la agilidad y comportamiento de su chasis multitubular en acero de alta tensión. Este se conjunta a la perfección con el carácter del motor y en todo uso se muestra alegre, ágil y dispuesto a todo. Sus frenos, discos lobulados dobles semiflotantes de 300 mm con pinzas de doble pistón y anclaje convencional, ofrecen un perfecto mordiente. No se fatigan con facilidad, después de un buen rato de abuso. Y es que no debemos olvidar que estamos hablando de una moto del segmento medio, de precio más que razonable y al alcance de casi cualquiera. Encontrar un equilibrio tan acertado, sin tener que recurrir a componentes pata negra, es lo que hace de esta Z650 un éxito de ventas.
Su bonito panel de instrumentos cuenta con una pantalla TFT de 4” a todo color, la cual ofrece información suficiente. Cuenta con dos modos de visualización (diurno y nocturno) y su lectura es clara en cualquier momento, a pesar de la incidencia directa del sol. Además, cuenta un sistema de conectividad con el móvil, ya que con la aplicación Radiology The APP, podremos visualizar diferente información desde nuestro dispositivo móvil, así como avisos de recepción de llamadas en el propio cuadro. El faro delantero es led, así como el piloto trasero, ausentándose esta tecnología únicamente en los intermitentes.
En marcha
No pasaron ni cinco minutos, desde que aparqué mi maxi scooter de uso diario, hasta que me subí a la Z 650. Y claro, el contraste fue tal, que mi mente no terminaba de adaptarse después de los primeros metros sobre ella. La primera y permanente sensación que da la Z al subirte en ella es de ligereza. Sus 187Kg llena no hacen justicia a la sensación que transmite cuando estás encima de ella. Y no es de extrañar por qué su predecesora fue tan comúnmente utilizada en la clase Light Weight del Tourist Trophy durante tantos años. Su estrecha cintura combina a la perfección con el más largo que ancho depósito. Este, con el fin de ganar presencia y acoplar el radiador en las finas líneas de la moto, se ve acompañado por sendas aletas que prolongan y ensanchan la figura de su parte más adelantada. La agresividad de líneas domina en el conjunto. Pero sin llegar a la estridencia que pudiera tener la gama de superior cilindrada en la familia Z. La Z650 es una naked agradable a la vista, completamente proporcionada, aunque estas no sean de generosas dimensiones.
Para mi talla, algo por debajo del 1.80, puede ser un pelín justa de tamaño, aunque Kawasaki ofrece un asiento alto como opción. Buscando la aerodinámica perfecta, al ir escondido detrás de la pequeña cúpula, no sobra espacio alguno. Pero esto, más que una desventaja, lo debemos interpretar como una virtud. Esta peso medio, de tamaño contenido, pasa por casi cualquier parte y se mueve entre el tráfico urbano con mucha facilidad. Después, en carretera abierta y a ritmos legales, la postura resulta natural y la protección aerodinámica no llega a ser nula, como en otras compañeras de categoría. Si aumentamos mucho el ritmo y el trazado se retuerce, su pequeño tamaño sigue jugando una baza positiva, mostrándose ágil como una bicicleta, pero muy estable. De hecho, hay que ir muy muy rápido, siendo brusco en las acciones, para conseguir descomponer el buen asentamiento que muestra la Z 650.
Cuando pulsas el botón de puesta en marcha, el peculiar bramido de este bicilíndrico en línea, de 649 c.c., nos puede incluso confundir. No es que su sonido a ralentí sea atractivo, que no lo es. Sin embargo, vuelvo a mencionar el bonito tono del motor y admisión en cuanto subimos de vueltas. Es un corazón con una amplia zona de utilización, con unos bajos muy dignos, para movernos en ciudad. En el medio régimen se defiende lo suficiente como para desentenderte del cambio, si no vas con prisa. Pero entre las 7.000 y hasta un poco antes de entrar en su zona roja, el twin palpita con tanta energía que vuelve a mis pensamientos la categoría Light Weight del TT.
Al estirar una marcha detrás de otra, queda constatado un acertadísimo escalonamiento del cambio. Su potencia la sitúa justo en esa categoría media para los más nóveles, o también en la cantidad justa para los más senior, que busquen la diversión de sacar el máximo rendimiento en una moto sumamente fácil de llevar. Dicen que es más divertido conducir rápidamente una moto lenta, que llevar lentamente una moto rápida. Y en este caso, a pesar de no ser nada lenta, la Z 650 podrá entregar raudales de diversión a pilotos más experimentados. Esto es un plus, cuando adquirimos la moto limitada para el carné A2. A la hora de poder eliminar la limitación, el que fue un joven novato comprando una moto amable y fácil de llevar, se encontrará una nueva amiga con un propulsor de potencia suficiente como para no aburrirse en muchos años sobre ella.
La opinión subjetiva
Nos gusta:
- Comportamiento del motor
- Agilidad del conjunto
- Sonido en marcha
Nos gusta menos:
- Suspensión delantera en uso deportivo
- Dimensiones justas
- Sonido a ralentí
Por 6.599€, precio de oferta este mes, pocos ofrecen tanto por tan poco. La calidad de acabados, perceptible en cuanto te subes al lomo de la Z650, nos recuerda que Kawasaki es uno de los mayores fabricantes de motos del mundo, con demostrada calidad en sus productos. Esto, junto a su notable comportamiento, hará que te decidas por ella si lo que buscas es una primera moto de cilindrada media, o si estás de vuelta de todo y quieres una amiga para todo. Está claro que esta receta la conocen bien y la cocinan aún mejor en Akashi.
Más MOTOS cada día en MOTOSAN.ES ?, ¿Te SUSCRIBISTE ya en la CAMPANITA ?? ¡Es GRATIS!