BMW Motorrad regresa al segmento de las motos custom con una sugerente cruiser que llega con un diseño inspirado en la BMW R/5 y con una generosa mecánica de 1.802cc, un gigantesco motor bóxer que se convierte en el eje principal sobre el que se articula una custom elegante y sofisticada. Se llama BMW R18.
Con esta moto, la BMW R18, es casi obligatorio empezar por el motor y con sus cifras, 345 kilos. Se ha prescindido de plásticos, ya que todo lo que ves son guardabarros, depósito y tapas laterales de acero, a la vieja usanza. Esta R18 posee un motor bicilíndrico de 1,802 cc con un par de giro máximo de 158 Nm que se logra a las 3,000 revoluciones. Un propulsor que llega de la mano de un cuidado diseño, con un rendimiento máximo es de 91 CV a 4,750 vueltas declarando un régimen máximo de 5,750 rpm.
El nuevo motor Big Boxer ha sido diseñado desde cero, y si eres amante de este tipo de motos ya sabrás que es el bóxer de mayor cilindrada jamás construido. A su vez es tan clásico que tiene el motor separado de la caja de cambios, como antaño. El cigüeñal y las bielas son de acero templado, y todo es tan grande y pesado que no deja de sorprender.
El confort también se ha tenido en cuenta con una posición relajada, con los pies algo adelantados y un asiento monoplaza muy, muy bajo. Y bajo su aspecto “retro” esconde un equipamiento electrónico de primera marca, arranque por llave remota, un control de tracción, un control de freno motor MSR y tres modos de conducción, denominados, “Rain”, “Roll” y “Rock”.
En marcha
Una vez en marcha me sorprende por su descomunal fuerza y eso se nota desde que arranca, a pesar de que el ruido del motor es más sosegado de lo que me gustaría -la Euro5 no perdona-, pero al acelerar se siente el golpeteo de los pistones. Si eres de los que juega con los modos de conducción, la moto tiene una entrega de potencia muy diferente, en función del modo que se seleccione.
En el modo “Rock” (máxima potencia) la entrega es progresiva, aunque si no tienes mucha experiencia en motores tan grandes lo notará más agresivo y he de decir que hay que agarrarse fuerte al manillar. El modo más limitante lleva por nombre “Rain”, ideal para iniciar ese camino que nos hará abandonar la ciudad en busca de mejores rumbos para gozar de esta BMW. El modo intermedio “Roll”, ya permite sacar algunas de las esencias de esta cruiser, y hará tus delicias en largas distancias.
Para los que os preocupéis por el consumo, deciros que no se dispara, pues en esta prueba recorrimos más de 500 kilómetros por carretera y se mantuvo por debajo de los seis litros por cada 100 kilómetros.
He de ser sincero con vosotros y una de las dudas que tenia nada más montarme en la BMW R18 tuvo que ver con las inercias que se desprenderían del uso de un motor tan grande y también con la dificultad del manejo de una moto que, en disposición de marcha, alcanza tan elevado peso. La segunda duda se disipó inmediatamente después de iniciar esta prueba, donde los kilos tienden a desaparecer: otro punto más a favor de los ingenieros alemanes, capaces de hacernos olvidar de que todo el conjunto del propulsor (sistema de admisión y caja de cambios incluidos) ronda los 111 kilos en la báscula.
Respecto a las inercias, la respuesta es algo más compleja de explicar: si bien se sienten movimientos naturales normales encima de la moto, la apertura del gas genera movimientos longitudinales sin esfuerzo que dan músculo y poder cada vez que se acelera. Ojo a este dato: de 0 a 60 km/h pasa en unos 3.5 segundos. Incomparable también es la sensación de engranar la sexta velocidad a pocas revoluciones e ir exigiendo velocidad con el puño: la R18 ruge y responde sin titubear sacando toda su potencia que sale de sus entrañas a ‘pistonazos’.
Como no podía ser de otro modo y acostumbrados a los que nos tiene BMW, la conducción es más aplomada que dinámica. A esta BMW le gustan más las rectas largas que las curvas. En este sentido, destaca el trabajo del control de tracción y del ABS de serie BMW Motorrad integral para controlar inercias de una moto de 2,440 mm de longitud que tiene una distancia entre ejes de 1,731 mm.
No te puedo decir que las estriberas no rocen nunca con el asfalto, pero es fácil que lo hagan, si me oyes no te asustes. Su posición deja las piernas algo estiradas con una postura muy cómoda que se complementa con un manillar que te sitúa en una posición erguida sin mayor tensión en la espalda y las articulaciones.
En este sentido destaca el buen hacer de la larguísima horquilla delantera, con barras de 49 mm de diámetro y 120 mm de carrera. Un buen tarado que, sin embargo, se siente algo duro en ciudad, pero me gusta mucho. Para ser justo, he de decir que las suspensiones son muy adecuadas para una moto de estas características, ya que si fueran más blandas seguramente las oscilaciones no permitirían la firmeza suficiente en el manillar a la hora de abrir gas. Por ello, en carreteras revidas, haciendo contramanillar y apoyándonos en su bajo centro de gravedad, las sensaciones son muy positivas.
En la parte ciclo sobresale un chasis doble cuna de acero que evita oscilaciones y que hace un papel excelente en darle la rigidez necesaria a esta R18. Además, este chasis abraza al motor y ello evita movimientos no deseados. Si te das cuento todo en esta moto está pensado para evitar las oscilaciones del motor.El basculante es de tipo hard tail y cuenta con un amortiguador Cantilever oscilante de dos brazos de metal con brazo central telescópico de 90 mm de carrera, regulable en precarga. Siguiendo sus principios clásicos, la suspensión trasera queda escondida.
El conjunto de ruedas lo forman dos llantas de radios de 19 y 16 pulgadas, lo que le confiere ese aspecto clásico de las motos de clásicas. Los neumáticos elegidos para esta bávara son los Bridgestone Battlecruise H50, que funcionan bastante bien y pegan los kilos al asfalto.
En la tarea de detener a esta moto de dimensiones tan grandes trabajan tres discos de freno de 300 mm de diámetro (dos delanteros, uno trasero) que tienen contundencia y un tacto muy exclusivo y progresivo gracias a sus pinzas fijas de cuatro pistones. Sobra decir que la horquilla delantera absorbe perfectamente las frenadas y no deja que la R18 se hunda.
Detalles únicos
Se mire por donde se mire, la BMW R18 presenta una proliferación de detalles (unos más a la vista, otros menos) que merecen un reportaje aparte. No es tampoco casual la cantidad de accesorios oficiales con los que se puede personalizar este modelo First Edition, que se distingue por una serie de componentes especiales como el escape en forma de cola de pez, puños calefactables o anagramas específicos, insignia de BMW Motorrad en el asiento, unos cromados exclusivos y hasta una parte de la pintura (las dobles líneas blancas) realizadas a mano por artesanas alemanas. No hay que olvidar tampoco el icónico depósito de combustible en forma de lágrima y, además, esta edición exclusiva incorpora una placa de asiento y molduras de cromo con la inscripción First Edition en las cubiertas laterales.
Conclusión
Con la R18, BMW Motorrad vuelve a explorar un segmento de mercado que ya se echaba en falta en la marca de Munich que, una vez más se reivindica como una fábrica ambiciosa como pocas en el mundo del motor. Con una moto soberbia que se presenta como una clara rival a otras que circulan, fundamentalmente, por las carreteras de Estados Unidos. Las expectativas de los amantes de las motos clásicas cruiser se verán más que satisfechas con este modelo y como dice el famoso anuncio…. what else?
Equipamiento: Casco By City Roadster, Chaqueta By City London II, Guantes By City Oslo, Botas By City Safari II.
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