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PRUEBA | Harley Davidson Street Glide, la Glam American Touring

28 Oct. 21 | 16:00
Foto: Toni Guerrero

Todo lo que lleva el anagrama de Harley Davidson, pertenece a un mundo especial, elitista y artesanal, pero la máxima expresión de estas características la alcanza la gama de motos tourer, y por ende, la nueva Street Glide.

No hay lugar a dudas de que esta moto tiene un estilo inconfundible, yo lo llamo el Glam American Touring, el imponente depósito de combustible de estilo clásico de 22,7 litros, el ágil carenado tipo Bat-Wing montado sobre la horquilla, una pantalla ahumada de perfil bajo y un contorno exclusivo que viene a sumarse al diseño distintivo de esta Street Glide… vamos todo glamour.

El color mate del modelo de esta prueba contrasta con la profusión de cromados de su motor Twin Cam 107 y realza el exclusivo aspecto de esta potente máquina americana junto a las maletas rígidas, moldeadas por inyección con una capacidad de 63 litros para transportar lo necesario en cualquier viaje.

foto: Toni Guerrero

La parte trasera de la moto se monta sin accesorios innecesarios, con tres luces sobre el guardabarros, lo que le confiere una apariencia brillante y única, y una placa de matrícula montada en la parte más baja con luces LED para ofrecer mayor visibilidad y elegancia, y así completar una imagen exclusiva y personalizada.

Sobre su esbelta línea resalta un amplio asiento confortable y moderno diseño que tiene una forma pensada para aliviar la presión sobre los muslos al conductor y ofrecer así mayor soporte para la espalda y mayor confort para los pilotos de todas las tallas. Las estriberas son tipo plataforma y tardas un poco en acostumbrarte, pero una vez hecho al ritmo suave que ofrece esta moto, nunca querrás bajarte de ella. El manillar es de estilo clásico y con un máximo confort para crear un equilibrio perfecto.

foto: Toni Guerrero

El corazón de la Street Glide es el infatigable Twin Cam 107 cuyas prestaciones y la fiabilidad son un resultado directo de los incontables kilómetros que ha recorrido desde 1909 y del orgullo de una herencia de 110 años dedicados a vivir sobre dos ruedas, pero que gracias al diseño de los pistones, la potencia llega con más elegancia que nunca. A la vez que al accionar la palanca de cambio, sientes la perfecta sincronía entre el motor y la transmisión Six-Speed Cruise Drive de seis velocidades.

foto: Toni Guerrero

Para detener esta gran touring que ronda casi los 400 kilos, Harley Davidson recurre a un equipo de frenos firmados por Brembo de doble disco y cuatro pistones que ofrecen un alto rendimiento y un magnífico poder de frenada a cualquier velocidad. Además, equipa de serie un sistema antibloqueo ABS.

Capítulo aparte merece el avanzado sistema audio. Un sistema de sonido de dos altavoces y 20 W por canal ofrece un sonido excepcional que resonará por autopistas y bulevares a toda potencia. Un equipo que suena con fuerza, desvergonzado a cualquier conductor y que incorpora una ranura USB para que te crees tu propia Banda Sonora Street Glide.

foto: Toni Guerrero

En marcha.- Increíble manejabilidad

Nada más ponerte a los mandos de esta tourer americana piensas.. verás que muerto, pero la Street Glide es una máquina mucho más manejable de lo que a priori te pueda parecer. Pero si tienes oportunidad de probarla, te asombrará. Es extremadamente ágil y ligera tanto al tomar las curvas más cerradas como durante una conducción en carretera abierta. El asiento es muy cómodo y la altura (para los de la media de los 70) es ideal.

foto: Toni Guerrero

La llave es de tipo presencial, como en todas las H-D de última generación. Te subes, acaricias en botón Start y el gran bicilíndrico empieza a cobrar vida. Las vibraciones las sientes de manera casi imperceptible gracias al aislamiento del motor. Engranas la primera marcha y en cuanto comienza el empuje del motor las vibraciones desaparecen, así de sencillo. El sonido es delicioso y el par motor caudaloso. Es un placer circular despacio, por la ciudad, siendo admirado… y eso que no hemos conectado el equipo de sonido.

foto: Toni Guerrero

A baja velocidad es un prodigio de manejabilidad y suavidad. No hace falta subir mucho de vueltas el motor. A unas 3.500 rpm va de maravilla, pero se echa en falta una pantalla un poco más elevada para que el aire no te pegue de lleno en el casco.

En curvas se comporta con mucha dignidad, para su envergadura y peso. Es fácil que rocen las estriberas, pero te recomiendo que evites hacer burradas. El par motor ayuda a ahorrarte algunos cambios de marcha y a la hora de detener esta Street Glide los frenos son suficientemente potentes, incluso realizando un uso intensivo no llegan a fatigarse. Uno de los aspectos más destacables es la suspensión, sobresaliente. Cómoda aunque suficientemente preparada para soportar los esfuerzos a los que se ve sometida a grandes velocidades sin flanear en curvas.

foto: Toni Guerrero

En resumen, es una moto que a primera vista parece enorme, con esa cúpula, esas maletas y ese mastodóntico motor, pero es una moto que sorprende por la dulzura de su comportamiento en cualquier situación y por unos impecables acabados de todos sus componentes.

Equipamiento: Casco Nexx, Chaqueta RSW, Guantes RSW

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