Cuando hablaba entre mis amistades de Wottan, muchos se sorprendían gratamente al ver que una empresa nacional, ofrecía un scooter de las características del Storm S 300. Así que, en el momento en el que me lo ofrecieron probar, no dudé ni un segundo. La apariencia de este ágil scooter con tintes deportivos, es sólo el aperitivo de todo lo que tiene por ofrecer.
Wottan lleva más de una década ofreciendo soluciones de movilidad urbana. Todos sus scooter se caracterizan por una regla común: la relación precio producto resulta imbatible, al compararlos con sus no pocos competidores en el segmento. Con el Storm S, el fabricante valenciano entraba de lleno en el reñido segmento de los scooter de cilindrada media. Y no son pocos los codazos que hay que dar para hacerse notar en esta categoría. Pero el Storm S tiene cualidades de sobra como para combatir con sus rivales orientales, sin amedrentarse.
Motor
El propulsor mono-cilíndrico de 276 cc, rinde 26,5 CV a 8.000 rpm. Régimen en el que también ofrece su par máximo, de 23 Nm. En el funcionamiento de este encontramos un buen equilibrio entre vigorosidad y finura. Siempre que queramos salir disparados, o realizar un trayecto interurbano, el Storm S tiene potencia y capacidad de respuesta suficiente como para mantener cruceros al límite de la velocidad máxima permitida. Sin embargo, si las prisas de la ciudad no nos afectan, su suavidad de funcionamiento también nos permite disfrutar de un motor sin vibraciones ni estridencias. Únicamente a ralentí podremos notar que, como en la práctica totalidad de motores con esta arquitectura, las vibraciones hacen acto de presencia. Pero nada más girar el puño del gas, no se vuelven a percibir.
Ciclo
El bastidor es un tubular en acero, siguiendo una construcción también típica en el segmento. Sin embargo, el equipo de frenos montado en la Storm S la hace sobresalir respecto su competencia directa. En el tren delantero nos encontramos con un doble disco de 260 mm y pinzas de cuatro pistones y anclaje radial. El tacto es muy bueno y la potencia de frenado es sobresaliente. En la parte trasera, va equipada con un más convencional disco de 230 mm, con pinza de un solo pistón. El ABS, presente en ambos trenes, se muestra algo intrusivo en el tren trasero, pero deja apurar al máximo las cualidades del potente equipo delantero. Sorprendentemente, hasta niveles que más de una moto convencional de mayor potencia le gustaría. En cuanto a las suspensiones, la horquilla delantera convencional, de 37 mm funciona correctamente. Los amortiguadores traseros, con depósito de gas separados, muy vistosos, se mostraron excesivamente duros en la unidad que probamos. Estos son regulables en precarga, de forma que un mejor ajuste le vendrá de perlas.
Equipamiento
Quizás sea en este punto en el que podamos encontrar algo menos de ostentosidad, respecto a la competencia. Si bien la calidad de su equipo de iluminación, full led, es muy buena, echamos en falta algunos detalles que restan practicidad al Storm S. Por ejemplo: la ausencia de guanteras en el escudo delantero. Es cierto que el cofre bajo el asiento es de buena capacidad, pudiendo albergar un casco integral y uno jet. Pero el tener que depender de este hueco únicamente para portar pequeños objetos, no deja de ser un inconveniente. Eso sí, la apertura del asiento, desde su parte más delantera, es bastante práctica. El accionamiento de su mando de apertura se muestra algo duro. Detalle que seguramente se suavice con el uso de este. Por último, mencionar un vistoso cuadro en el que recibimos toda la información necesaria de un solo vistazo. Además de sendos relojes analógicos de velocidad y revoluciones del motor, una bonita pantalla led a todo color de cinco pulgadas, protagoniza la consola. Esta se puede visualizar en cuatro modos, dos de día y dos de noche, pulsando un sencillo botón en el cuadro. Además de muy espectacular, la información se lee claramente, incluso con el sol brillando por encima de nuestras cabezas.
En marcha
Al montarnos en el Storm S, rápidamente se da uno cuenta de que la no excesiva anchura y altura del asiento puede ser ventajoso para un público de casi todas las tallas. Sin embargo, los más altos verán que la postura de las piernas en el escudo no permite estirarlas todo lo deseado. Pero no olvidemos que este scooter es más deportivo que GT. El mullido del asiento, junto a la protección de su cúpula, lo hacen suficientemente cómodo en el uso urbano e interurbano. Su ángulo de giro y estrechez en conjunto, le dan un buen plus de agilidad entre el tráfico rodado. Todo esto acompañado del vigoroso funcionamiento del motor, hace que los trayectos en cuidad se afronten con rapidez y comodidad. Su estampa no pasa desapercibida entre el resto de los habitantes de la urbe. Tanto las formas angulosas de su carrocería, como el buen acabado de sus remates, le dan el toque de personalidad, tan ausente en muchos modelos del segmento.
La opinión subjetiva
El imbatible precio de 3.900€ del Storm S, muy por debajo incluso de algunos 125 nipones, le convierten en una muy factible opción para aquellos que buscan una herramienta infalible en la ciudad. Hay que reconocer que el producto que Wottan ofrece, tiene una clarísima ventaja respecto cualquier competidor: la relación precio producto.
Nos gusta más:
- Diseño
- Potencia de frenada
- Comportamiento del motor
Nos gusta menos:
- Tarado de la suspensión trasera
- Ausencia de guanteras en el escudo
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