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Conducción segura: la técnica UVA (III)

23 Dic. 19 | 16:00
Velocímetro de una vieja Vespa
Foto: Alexander Schimmeck

La Velocidad: la segunda clave de la técnica UVA

En las últimas semanas te he contado los secretos de la técnica UVA y cómo nos puede ayudar a disfrutar de una conducción segura en moto. Pudiste leer la introducción y cómo ubicarte continua y dinámicamente en el mejor sitio. Hoy le toca el turno al concepto que siempre está en boca de todos: la Velocidad.

La Velocidad, tal cual, siempre se ha llevado mala fama por ser la causa de muchísimos accidentes y fallecidos, gracias a no haberle puesto el apellido oportuno. Llamarla Excesiva o Inadecuada sería más acertado. La Velocidad en sí misma lo único que garantiza es el movimiento, necesario para trasladarnos de un lado a otro. Pero, ¿sabemos elegir siempre la mejor velocidad?

¿Velocidad legal y velocidad adecuada son lo mismo?

Siempre digo que para ir a una velocidad legal hay que mirar la aguja, y para ir a una velocidad adecuada hay que mirar la carretera. Cuando entendamos que son cosas diferentes estaremos más cerca de ser mejores conductores, aunque suelan tener una relación muy estrecha. Es perfectamente posible que te pongan una multa en un lugar concreto por ir a una velocidad segura, y también que sufras un accidente en otro por velocidad excesiva aunque legal.

Si además de ir seguro, quieres librarte de sanciones, tendrás que tener un ojo en el velocímetro y otro en la carretera. Los radares han salvado miles de vidas, y esto es innegable, pero si eres un motorista al que le gusta la conducción dinámica, tendrás que andar especialmente atento. Y no me refiero únicamente a la posible presencia de radares, sino a todo, absolutamente a todo lo que te rodee mientras circulas, porque es la única manera de practicar una conducción segura.

¿Cuál es la referencia para calcular la mejor velocidad?

Es muy probable que al terminar una carrera o entreno de motos hayas oído cómo un piloto decía ante los micrófonos que había dado el 110%. Mentira. Estaría en el box llorando. Nadie puede superar el 100%, el límite mecánico, físico y mental que mantiene una moto en pie. Y el 100 de cada piloto es diferente en cada curva o recta, en base a su experiencia, habilidades y percepción del riesgo. Y da igual quién seas: si llegas al 101 estás en el suelo. El problema es que nadie sabe dónde está el 100, ni ellos mismos, y lo máximo que pueden hacer es acercarse, teniendo en cuenta el desgaste de sus neumáticos, la temperatura y el agarre del asfalto… En entrenamientos pueden acercarse al 95, pero en carrera, donde una caída es catastrófica y les manda para casa, suelen ir algo por debajo, cerca del 90, marcando tiempos peores, asegurando si es posible cruzar la meta.

Toma subjetiva de una moto tomando una curva cerrada
¿Curva cerrada y ciega con un guardarraíl y no soltarías el acelerador? Guárdate siempre un margen de seguridad. (Foto: I.A.)

En la vía pública tu meta también es cruzarla de una pieza. Pero tienes mucha menos prisa y muchos más problemas que los pilotos. Pavimento en peor estado y pintado por todas partes, peatones, vehículos que en vez de ir en tu mismo sentido aparecen en intersecciones o de frente. Curvas de todo tipo y que no tienes por qué conocer como si las hubieras tomado antes en la PlayStation. Y que hoy pueden estar en diferentes condiciones que ayer. Tienes trampas por todas partes, muchas estarán ocultas, y una forma de protegerte es adecuando tu velocidad ante lo imprevisto.

La técnica 60-75

Una forma de elegir una velocidad adecuada es tratar de calcular una que esté comprendida entre el 60% y el 75% de tus posibilidades, las de tu moto y las de la vía por la que circulas. Déjate un buen margen por encima por si aparecen problemas, pero tampoco vayas demasiado despacio. Sí, aunque no tenga la misma mala publicidad, la velocidad inadecuada por defecto también es muy peligrosa. Procura siempre circular integrado en el tráfico. Si te gusta ir un poco más rápido hazlo, pero sin pasarte. Y ten en cuenta que hay condiciones muy habituales, como que el asfalto esté mojado, en las que la velocidad debe reducirse de forma muy sensible.

Este cálculo del 60-75 es continuo. Encima de una moto tu cerebro no para, y si no, haberte cogido el tren. Escruta el escenario que tienes por delante y por detrás de tu moto. Identifica los puntos de riesgo y no los pierdas de vista. No confíes en tu derecho de preferencia y en que te hayan visto. Desconfía de los movimientos de los demás, inesperados o previsibles. Aunque sea una carretera poco transitada, asume que sí vendrá alguien cuando más te interese que no lo haga. Conduce a la defensiva y afloja el acelerador cuando algo te sugiera que estés superando tu 75.

La conducción dinámica (que no deportiva) también es divertida

Puede que que creas que te estoy dando las pautas para ir despacio y relajado en moto. No es así. La técnica 60-75 permite muchas alegrías pero no excesos. Si quieres algo más, busca unas tandas en un circuito. A mí no me gusta la sensación de ir más allá del riesgo que quiero asumir, no me gusta depender del azar y de que aparezca algo donde no lo esperaba. La 60-75 te permite ir al límite del margen de seguridad que tú mismo te des, sin depender de lo que hagan otros, que te aparezca un peatón aquí o un tractor allá. Si algo ocurre, tendrás margen de maniobra para hacer algo al respecto y arreglarlo de forma efectiva. Tú eliges en todo momento si prefieres acercarte más al 60 o al 75 dependiendo de lo que te pida el cuerpo en cada momento. Y es que además, cada uno tenemos nuestro estilo. Recuerda: debes depender siempre únicamente de ti mismo. Si por ejemplo, en algún momento piensas «si ahora me sale un coche me la pego», es que vas fuera de tu margen. Corta.

Los accidentes ocurren en el momento menos esperado, y generalmente por un exceso de… confianza. Es súper importante que siempre lleves la moto bajo control, que nunca se te pele el cable. Basta un solo susto gordo para que toda la precaución que has tenido durante años no haya servido para nada.

Y no olvides que además de calcular la mejor Velocidad, estarás también escogiendo la mejor Ubicación, continuamente, sin parar, a cada giro de las ruedas. Como ves, esto no puede ser aburrido, y de hecho, se puede disfrutar muchísimo. Tienes mi palabra. La semana que viene terminaremos de definir la técnica UVA, hablando el último punto que nos queda: la Alternativa.

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