Hoy con el británico Cal Crutchlow, el mejor piloto de las islas en décadas.
Parece increíble que el país que más títulos de 500cc venció lleve desde 1977 sin un campeón. Más sangra aún cuando hay que recordar que desde 1981, cuando Sheene venció su última carrera, tuvieron que esperar 35 años hasta que el protagonista de hoy, Cal Crutchlow, volviese a ganar en Brno 2016. Más de 4 décadas sin campeón en la categoría reina del motociclismo.
Los británicos están destacando (y mucho) en WorldSBK, donde tienen a los dos pilotos más grandes de la historia en el campeonato de motos derivadas de la serie. Cal Fogarty en los años ’90 y en la última década Jonathan Rea, que ha ganado los cinco últimos mundiales con Kawasaki. Ambos pilotos decidieron no ir a MotoGP. Uno que sí decidió cambiar fue Cal Crutchlow.
El #35 tras ser campeón del BSB en la categoría de Supersport en 2006 y posteriormente en 2009 campeón del mundo en la misma categoría, pasó por la categoría mundial de Superbike en 2010, donde ganó tres carreras y acabó quinto en el campeonato. En vez de quedarse ahí, como han hecho la mayoría de sus compatriotas, eligió otro camino y a partir de 2011 recaló en MotoGP con el Yamaha Tech3.
Si por algo se caracteriza Crutchlow es por hablar con mucha claridad lo que piensa. Eso hace que nos regale grandes titulares. Encontramos a partes iguales aficionados que lo adoran y otros que no lo soportan. A la vez le acarrea a veces problemas con rivales o marcas. “Hay pilotos en Superbike que dicen que no quieren ir a MotoGP pero en realidad sí quieren, créeme” – Dijo una vez, haciendo referencia a que tal vez otros no cambien por falta de ofertas en equipos oficiales, prefiriendo ser cabeza de ratón en vez de cola de león.
En su primera temporada en MotoGP no lo tuvo nada fácil, sin visitas al podio acabó en 12º lugar. “Había pilotos en MotoGP que pensaba que eran una basura, trataba de seguirlos y en tres vueltas se me habían ido” – Reconoció una vez con el humor que le caracteriza. Crutchlow siguió evolucionando, ganando cada vez más velocidad. Algo que nunca ha sido un problema, más bien las caídas que tantas veces han mermado sus resultados.
En 2012 fue séptimo con dos podios y en 2013 aún mejor, fue quinto al final con cuatro podios. Aquel año fue “el quinto elemento” tras los dos oficiales de Honda (Márquez/Pedrosa) y Yamaha (Rossi/Lorenzo). Crutchlow reclamaba más apoyo y este no llegó por parte de la marca de los diapasones. En 2014 se fue a Ducati, con contrato oficial y con Dovizioso como compañero de equipo.
Aquella temporada fue una pesadilla y Cruchlow naufragó. El británico, pese a tener contrato para la temporada siguiente, llegó a un acuerdo para rescindir el contrato antes, tal y como Johann Zarco o Jorge Lorenzo han hecho esta temporada. Curiosamente, a partir de 2015 la Ducati empezó a evolucionar para ser una moto muy competitiva. “Me cambio de equipo en el peor momento. Soy el Fernando Alonso de MotoGP” – Afirmó entonces.
Lo cierto es que con aquel cambio encontró la que “sería su casa”, ya que recaló en el LCR Honda, donde con los años se ganó un contrato oficial directamente con la fábrica. Dentro del equipo de Cecchinello ha llegado a su mejor nivel, teniendo cita fija con el podio cada año, para acumular 12 entre 2015 y 2019. Y no sólo eso, ha sido capaz de ganar 3 Grandes Premios en MotoGP, algo que no muchos pueden decir.
Crutchlow encara 2020 con claros tintes de poder estar viviendo su última temporada en MotoGP. Por velocidad no será porque es un piloto TOP 10 año tras año. Al terminar la temporada tendrá 36 años y a la edad hay que sumarle dos factores. Su grave lesión de tobillo sufrida en Phillip Island 2018, que aún arrastra secuelas, así como la añoranza de disfrutar más tiempo libre con su mujer y su hija.
El día que cuelgue el mono despediremos a al mejor británico en décadas. Podría haber preferido quedarse en WorldSBK, ganando campeonatos, pero eligió estar en MotoGP y enfrentarse a los pilotos más rápidos de la tierra. ¿Qué harán los ingleses cuando vuelvan a quedarse sin piloto? La British Talent Cup que Dorna organiza busca respuesta, porque tanto la diversidad como el seguimiento mediático son importantes para el campeonato.
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