El piloto catalán espera tener este fin de semana un punto de inflexión. Cree que la vuelta de su hermano será un factor determinante en la evolución de Honda.
El futuro del pequeño de los Márquez es también una incógnita. Su inicio de temporada no está siendo el esperado, ni mucho menos. Hasta la fecha ya suma dos ceros y en sus actuaciones solo destaca como mejor posición final una decimotercera plaza. Es por ello que su continuidad en el Mundial puede estar entre algodones. Álex Márquez es consciente de ello, aunque su prioridad a corto plazo es volver a disfrutar encima de la moto. Tal y como asegura él mismo, en Austin tocó fondo. Finalmente pudo revertir la situación, pero el hecho de no poder luchar por las posiciones delanteras le hace entrar en una dinámica negativa.
Austin, un antes y un después en cuanto a disfrutar encima de la moto. “En Austin toqué fondo, sobre todo el sábado, pero el domingo pude dar la vuelta a la situación y disfruté un poco encima de la moto. El objetivo para Portugal es disfrutar, sentirme bien y retomar las sensaciones, porque ponerte a 300 sin disfrutar no es fácil”.
Los problemas de la Honda, algo que sobre todo notaban los hermanos Márquez. “Desde Qatar, Marc y yo notamos algo en la parte delantera que no acabamos de entender. Yo lo sufrí muchísimo y Marc en carrera, también. No pudimos sacar el ciento por ciento ninguno de los dos. Pol y Naka, por el estilo que tienen, les afecta menos y no se quejan tanto de ello, pero sí que hay un punto que mejorar. Sabemos de dónde viene y lleva tiempo. Hay que cambiar más en la parte chasis, para que mejore y tener más feeling en la parte delantera de la moto”.
Un problema, el de Honda, que se ha intentado solucionar de muchas formas. “Se ha ido de un extremo a otro, de una moto con muy poco grip detrás, pero con una parte delantera muy buena, pero crítica. Cuando la tenías a punto, era muy buena. Ahora se ha ido a una moto con una parte delantera en la que está el punto débil, sin feeling, porque la moto no gira y es ahí donde cuesta más. Hay que encontrar el punto medio de esta moto, con un poco menos de agarre detrás y mejorar el giro. Esa falta de giro hace que no disfrutes, porque necesitas tiempo para que gire”.
Aunque las sensaciones no son del todo positivas, Álex Márquez está esperanzado y cree que podrá reconducir la situación en Honda. “Teníamos dudas al principio de temporada sobre ello y estas carreras nos han hecho ver que es lo que hay que cambiar. Sabemos en qué dirección hay que ir y es cuestión de tiempo. Será Marc en el equipo oficial el que vaya probando cosas y nosotros tenemos que tener paciencia y sacar el máximo de lo que tengamos. Como piloto, probar geometrías y muchas cosas no es fácil. Genera impotencia ver que pierdes en un punto y que no mejoras pese a las pruebas, porque el problema siempre es el mismo. Debo mejorar como piloto para sacarle más partido a la moto en momentos adversos”.
Álex, como no, valora positivamente la presencia de su hermano. Para él, ahora Marc es el de siempre. “Vuelve el Marc de siempre, y eso es una buena noticia, porque puede hacer cosas con la moto que parecía que hasta ahora eran imposibles. Él y el equipo oficial empezarán a probar cosas con las que pueda atacar con la parte delantera de la moto, y eso será también una buena noticia para nosotros”.
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