La falsa conspiración detrás del bajo rendimiento de Bagnaia
Hay teorías que no se sostienen ni con cinta americana. Y una de ellas es la que parece que no para de repetirse en determinados sectores, columnas y redes, esa idea de que “a Pecco Bagnaia no le han dado la moto”. Que Ducati, por alguna razón inexplicable, le ha negado el material o que incluso se lo dieron en Motegi y después se lo quitaron ¿Para dárselo otra vez en Sepang? De verdad, ¿de dónde sale semejante disparate?
Bagnaia y una adaptación que aún no llega
A Pecco Bagnaia sí le han dado la moto, y no cualquier moto, sino la moto con la que su compañero de equipo ha ganado el mundial de MotoGP, haciendo una temporada, que incluso perdiéndose las últimas citas del calendario, es de récord. Otra cosa muy distinta es que Pecco no haya sabido adaptarse a la moto que en este 2025 Ducati ha presentado, una moto que por palabras de Gigi Dall’Igna: «Las diferencias son mínimas, de hecho prácticamente inexistentes» El hecho de que el piloto piamontés no haya conseguido cerrar su adaptación creo que no debe convertir a Ducati en la villana de la película.
Porque, seamos serios, parece que Ducati sea la única que tenga que dar explicaciones y no es que me ponga de lado de la fábrica, ni tampoco creo que deba ser del lado del piloto a todas todas siempre, pero ¿Qué explicaciones debe dar una marca cuando ha conseguido este año ganar todas las cosas posibles? habría que hacer un poco de memoria, antes incluso que Bagnaia vistiera de rojo, Ducati ya estaba ganando el título de constructores y había estado peleando por campeonatos. Bagnaia se ha beneficiado de una estructura que ha crecido de forma exponencial en los últimos años, de un grupo de ingenieros que han elevado el listón técnico del campeonato, y de una moto que, sencillamente, funciona.
Habría también que reconocer el hecho de que en algunas ocasiones Pecco Bagnaia tampoco ha estado al nivel que se esperaba de un tres veces campeón del mundo, dos de MotoGP.

Ducati no juega al escondite con la moto de Bagnaia
Lo de «no le dan la moto» suena más a teoría de sobremesa que a una conversación de verdad sobre lo que puede estar sucediendo en la casa de Borgo Panigale, o como mínimo suena al resultado final de la conversación entre personas que sólo busquen la conspiración y el salseo como armas, pero si analizamos esta teoría con un mínimo de lógica, se desmorona. ¿De verdad alguien cree que Ducati, una fábrica que vive del rendimiento de sus pilotos, preferiría tener a su bicampeón mundial arrastrándose en el fondo de la parrilla? ¿Y alguien puede creer que de verdad se puedan permitir dejar a un piloto que gana una millonada por temporada fuera de juego por capricho?
No tiene sentido. Ni deportivo, ni económico, ni político. Ducati quiere que Pecco rinda, lo necesita. Lo último que quiere es un box dividido y un piloto perdido. Una cosa muy distinta es que en este punto de la temporada ni Pecco ni la fábrica sepan realmente cuál es el origen del problema. Que puede ser técnico, psicológico o una combinación de ambos. Pero de ahí a pensar que Ducati le ha cerrado el grifo del material que necesita hay un océano de distancia.
La confusión de Motegi y el ruido en las redes
Parte de esta narrativa absurda se alimenta también desde la desinformación técnica. En Motegi, hubo personas que habló de que Bagnaia estaba usando una «GP24 completa», algo que no tiene nada que ver con la información que yo di en su día: en Motegi Pecco usó una base de GP24, sí, pero con las partes homologadas 2025. Fue una decisión lógica, un movimiento dentro de lo legal y lo habitual en una fábrica que busca respuestas. No un castigo, ni un favor. Una prueba técnica. Pero claro, a algunos les resulta más fácil imaginar conspiraciones que entender la complejidad de un desarrollo.
Que si Ducati decide cuándo Pecco tiene moto y cuándo no, que si el sábado le dieron el paquete completo porque ganó, y el domingo se la “quitaron” y hasta le “pincharon la rueda” de alguna manera por culpa del setup que le pusieron al piloto italiano, sencillamente ridículo. Ducati no conspira contra su propio campeón. Ducati no es el problema de Bagnaia. Ducati le ha dado la moto, el equipo y los medios para seguir ganando. Lo que no puede darle es confianza, instinto o ritmo. Eso solo lo puede encontrar él.
Y hasta que eso ocurra, seguir insistiendo en que “no le dan la moto” es una falta de respeto. No solo a Ducati, sino también al propio Pecco Bagnaia. Porque, en el fondo, implica asumir que solo puede rendir si alguien le facilita el camino. Y Pecco, con todo lo que ha ganado, merece más crédito que eso.
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