Jorge Martín ha participado en el podcast de Red Bull “Carreras Cruzadas” hablando sobre su paso por el mundial.
La primera cuestión planteada fue la parte en la que los padres de los pilotos los acompañan en sus inicios en las carreras. En algunos casos los padres quieren hacer de padres, mánager, jefe técnico pero llega un punto en el que deben dejar a sus hijos en manos de profesionales. En el caso de Jorge Martín, el piloto de Moto2 señala: “Mi padre siempre ha venido, y sé que hay padres que se meten mucho incluso con el equipo. Los equipos tienen un poco de miedo de que los padres se metan mucho en el trabajo que tienen que hacer. En este aspecto, mi padre se ha quedado apartado y se va a la pista a ver los entrenos y le gusta mucho porque es muy aficionado”.
No obstante, las especiales condiciones a las que se ven sometidos los pilotos, desde muy jóvenes tomando decisiones por sí mismos, hacen que maduren antes que la mayoría de los chicos de su misma edad. El piloto de Moto2 señala al respecto: “Los primeros 3 años del mundial viajé solo. Me siento un poco más maduro que mis amigos, porque mientras ellos están en casa yo estoy recorriendo el mundo. Creo que es una experiencia muy bonita”.
La ayuda de la Rookies Cup
El salto al mundial para Jorge estuvo precedido de la victoria de la Rookies Cup. La presión a la que estuvo sometido tan joven le sirvió de ayuda para dar el salto: “Me ayudó mucho, hice segundo y fue un gran año. Hice muchos puntos e intenté dar el salto al mundial. Me decían: sí, sí, eres muy bueno pero necesitamos 300.000 euros para que subas. Fue como un puñal, porque o ganaba o me iba casa. Gané la Rookies y subí al mundial. Soy un piloto que funciona bajo presión y ahí lo demostré. Gracias a la Rookies Cup estoy en el mundial, porque no tenía recursos para correr”.
La transición de la Rookies a Moto3 se le dió bien: “Los test los hice demasiado bien y me confié un poco. En agua hice primero y luego en Jerez, Quartararo y yo batimos el record. Todo estaba yendo demasiado rodado y el equipo me dijo: tranquilo que cuando las cosas van bien iran mal, y cuando vayan mal empeceran a ir bien. Al final en la primera carrera me di un golpe muy grande y empecé a ir para atrás. Me costó un poco ese inicio del mundial, pero desde mitad del campeonato empecé a hacer buenos resultados“.
Salto a Moto2 y cambio de equipo
En el año 2018 se proclamó campeón del mundo de Moto3 y dió el salto a Moto2. El cambio de equipo nunca es fácil para un piloto: “No es fácil, el cambio de equipo es complicado porque vienes de un equipo con el que has ganado el mundial, que tienes una relación como si fuesen tus hermanos o tus tíos, es como tu familia. Y vienes de ese equipo a otro en el que ves caras que no conoces de nada, que tienes que entablar una relación y es complicado. Necesito un equipo en el que confiar mucho y sentirme como en una familia”.
“El año pasado yo salté a Moto2 siendo campeón, y llegué a un proyecto al que le faltaba un puntito a la moto. Nos costó mucho al inico de temporada. Y claro, cuando los resultados no llegan hay tensión con el equipo, con la fabrica. Pero poco a poco nos sobrepusimos a esto y conseguimos que la moto funcionase y tenemos una relación buenísima, ahora es cuando estamos preparados para luchar por cosas mejores” añade el campeón del mundo de Moto3.
Lesiones
Tambíen fue preguntado por las lesiones: “La primera lesión de 2018 llegó en Brno, el viernes del primer entreno. Y recuerdo después de operarme visitar a Pol Espargaró, también lesionado. Recuerdo una frase que tengo muy marcada: somos glariadores. Con 13 o 14 puntos y una placa en la mano corrí la carrera. Después en Tailandia me tocaron un nervio en la mano para intentar mejorar la lesión, y se me dormía, no podía coger el embrague. Me tuvieron que hacer un guante especial para que pudiera coger el embrague y cambiar de marcha“.
Por último fue preguntado por dónde le gustaría verse de aquí a 10 años. Jorge respondió: “Me gustaría verme en un equipo fábrica de MotoGP, es mi objetivo. Lo importante es tener los pies en el suelo, mi abuela siempre me dice que no me suba a las nubes, que hay que ser humilde. Tengo que ser siempre el mismo chico que cuando era pequeño, ser yo y no cambiar”.
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