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Acosta: “En la pista me gusta sentirme respetado, si no, se ríen de ti”

13 Oct. 21 | 19:45
Pedro Acosta, Moto3, KTM, MotoGP
Foto: motogp.com

Acosta se descubre en un nuevo documental de DAZN en el que conocemos su ascenso hasta el mundial de motociclismo.

Acosta es un nombre que ya nos hemos acostumbrado a escuchar en el mundial, pero, por sorprendente que parezca, aún es su primera temporada en Moto3. Originario de Puerto de Mazarrón, Murcia, este piloto ha llegado al mundial con muchos números de convertirse en campeón del mundo en su primer intento.

“Yo creo la clave es la obsesión que tiene de siempre querer mejorar. Lo hace bien, y todavía quiere mejorarlo”Así definen a Pedro Acosta, que sólo necesita tres carreras más para proclamarse campeón del mundo. Una de las mayores sorpresas de esta temporada, Acosta ha pulverizado los récords de Moto3 de esta temporada, aunque no siempre ha sido así.

“A mi antes las motos no me gustaban. Yo era muy malo, muy malo. Un día sí, no, sí, no, pues empecé, empezó a gustarme, me encontré más suelto, me lo pasaba bien. Entonces, cuando te lo pasas bien, todo viene solo. Y ahora es lo único que hago”, recuerda el piloto de KTM. Yo me levanto por la mañana y me pongo carreras. A la hora de comer, veo carreras. Antes de acostarme veo carreras”.

La afición a las motos se la dio su padre, que rodaba en circuito de forma amateur. A partir de estas salidas, Acosta conoció a Paco Mármol, el dueño de una escuela de motociclismo cercana que se convirtió en el tutor de Pedro. Desde ese momento, Pedro Acosta trabajó estrechamente con él, y aún hoy entrena con su escuela de pilotos.

El origen de “El tiburón de Mazarrón”

El Puerto de Mazarrón exhibe ahora una bandera con el 37 de Pedro en la entrada del pueblo, en honor a su hijo más célebre. El piloto proviene de una familia de pescadores, y gracias a la ayuda de la cofradía, Pedro Acosta pudo llegar más lejos de lo que pensaba. “La cofradía me ha ayudado mucho. Si necesitaba algo, ahí estaban para aportar su granito de arena. Al final, esto ha sido un grupo de muchos pescadores que han ayudado a que un niño de aquí salga. Es lo que me ha ayudado a mí para subir para arriba”.

Además, los padres de Pedro iniciaron, al principio de su carrera, un pequeño club de fans para pagar los costes de competir, y el club no ha hecho más que crecer. Actualmente aún tiene sede en el mismo bar donde todo empezó, el Siena. “Hicimos un fan club, el fan club ese fue creciendo y creciendo, el bar siempre nos fue apoyando y esta es la sede. Un sitio que me ha apoyado cuando yo no era nadie. El mono que hay allí me lo compró el fan club, saliendo de aquí todo el dinero. Esa es la primera moto con la que yo gané un campeonato. Es bonito que esté aquí en plan museo”, comenta Acosta.

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El trabajo de Pedro Acosta

“Yo paso todas las semanas de 10 a 12 horas con él en un circuito, mínimo. Cuando estamos en pretemporada he hecho muchas más, ahí hace 12 horas seguidas”, comenta su madre. El piloto de Puerto de Mazarrón tiene una forma de trabajo muy intensa, y Mármol recuerda incluso haber terminado un entrenamiento a las 3 de la mañana.

Su vocación se vio premiada con el salto a la Rookies Cup en 2019, y aunque le surgió la posibilidad de subir al mundial en 2020, prefirió quedarse para ganar el campeonato. “No fue el 2020 al mundial porque él no quiso. Él creía y veía posible que podía ganar la Rookies cup en 2020. Y era su ilusión”, recuerda su padre. El paso al mundial no lo daría hasta este año, y gracias a esto, su racha ganadora sigue en pie. “Yo venía de saber ganar, pero a mí nadie me había enseñado a perder”.

El piloto de KTM llegó al mundial y necesitó sólo dos carreras para subir al podio. Sin ser alguien que destaque en clasificación, Pedro Acosta se crece durante la carrera y consigue los resultados que le pueden llevar a ser campeón del mundo este año. “El domingo me lo paso mejor. Al final, el trabajo ya está hecho el domingo. No puedes tener a 4 o 5 personas trabajando en un equipo y decirles ‘mira, a lo mejor hoy luchamos por el top 5’. No, tú tienes que ir a comértelo todo”. Ese ímpetu le lleva también a luchar fuerte por las posiciones que gana. “En la pista me gusta sentirme respetado”, reconoce. “Si no, se ríen de ti”.

Sea como sea, este año de rookie ya ha batido récords que nadie esperaba ver superados, lo que él admite que es un punto a favor para luchar sin miedo. “Yo creo que esa es la ventaja que tenemos este año: que todo el mundo me quita la presión de encima. Todo lo que haga este año está bien”.

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