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Jaume Masià: un talento destinado a triunfar

1 Abr. 19 | 17:00
Foto: MotoGP

El piloto valenciano cosechó ayer en Argentina su primera victoria mundialista, culminando una progresión ascendente desde las copas de promoción.

Nacido en la noche de Halloween del año 2000, Jaume Masià se ha convertido en el primer piloto español nacido en el 2000 o más adelante en ganar una carrera del Mundial. El 44º en el total de una lista que lidera Ángel Nieto (95 triunfos), aunque seguido cada vez más de cerca por Marc Márquez, que ya suma 71.

El triunfo de Masià en Argentina es la culminación de la progresión de un chaval que se dio conocer en 2015 en el FIM CEV Repsol, cuando, enrolado en las filas del Cuna de Campeones, finalizó quinto en una temporada en la que ya logró un podio teniendo apenas 14 años. A muchos, la figura de Masià en sus primeros pasos en el CEV les recordaba a Dani Pedrosa: una trazada perfecta, de tiralíneas, impropia de un cuerpo tan pequeño y de un niño aparentemente ingenuo.

Aquel niño que enamoraba con sus trazadas siguió dando pasos de gigantes, ganando varias carreras en el CEV en 2017 -fue subcampeón por detrás de Foggia-, llegando a debutar en el Campeonato del Mundo a mitad de la temporada 2017, sustituyendo al entonces lesionado Darryn Binder. Su carta de presentación, en el Gran Premio de Austria, fue espectacular: acabó noveno, pero llegó a rodar en segunda posición, sólo por detrás del entonces ‘invencible’ Joan Mir.

Masià, durante su debut en Austria’2017. Foto: MotoGP

Su buen hacer en las cuatro carreras que disputó y sus victorias en el CEV le valieron un puesto como piloto permanente en el Bester Capital Dubai para la temporada 2018, compartiendo box con otro joven talento como Marcos Ramírez. Durante 2018, Masià dio muestras de una increíble velocidad y de un gran desparpajo en las carreras, pero algo le faltó para lograr el año pasado su primer podio: experiencia. Acostumbraba a cometer errores -propios de un rookie– en las últimas vueltas. Como en Austria, cuando se le escapó de las manos el podio -en favor de Jorge Martín- y acabó vertiendo lágrimas en su box tras la prueba.

En 2019, en el mismo equipo pero con distinto compañero -se fue Ramírez y llegó Migno-, Masià era uno de los nombres que sonaban en pretemporada como futuribles candidatos a una corona más abierta que nunca tras el ascenso de los cuatro primeros de 2018 (Martín, Di Giannantonio, Bezzecchi y Bastianini) a Moto2. Pero ya lo decía Ayrton Senna: “no hay victoria sin sufrimiento”. Y ese sufrimiento llegó en forma de lesión para Masià. Unos minutos después de pulverizar el récord del circuito de Jerez, se rompió tres dedos del pie izquierdo en una caída en la curva 2 del trazado andaluz.

Masià cruza la línea de meta como ganador en Argentina. Foto: MotoGP

No pudo puntuar en Qatar, cita a la que llegó muy tocado, pero en Argentina, con una estrategia de carrera totalmente distinta a las que usaba en 2018 –renunció al protagonismo de la carrera durante el 90% de las vueltas-, Masià llegó muy bien situado al momento clave de la prueba, cuando fue el más listo y se llevó el triunfo. Su primer triunfo. Pero a buen seguro, no el último.

Ahora, como dice el tópico, a Masià le queda lo más difícil, que no es llegar, sino mantenerse. Asimilar su éxito y volver a recibir quinielas que le sitúan, junto a pilotos veteranos de la categoría como Fenati o Canet, como aspirantes al trono de la cilindrada pequeña. Próxima cita: Austin.