Su castigo continúa hasta finales de 2023. Inhabilitado de la competición, Andrea Iannone se pasó por Misano el pasado fin de semana y charló con el Diario AS sobre sus sensaciones.
Hace poco menos de un año que Andrea Iannone perdió la batalla legal con el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) por dar positivo en dopaje, siendo sancionado por cuatro años sin poder entrar en competición. El positivo en drostanolona en el control antidopaje durante el Gran Premio de Malasia 2019 se convirtió en la mayor pena para el italiano. Primero quedó suspendido, y pese apelar la decisión alegando no haber ingerido ninguna sustancia, se llevó el mayor castigo y tuvo que ser bajado de la moto hasta 2024 como sentencia final del TAS. Mientras tanto, Aprilia continúa estabilizando su estructura y consiguiendo méritos en la categoría reina. El pasado fin de semana Iannone reapareció de visita en Misano y mantuvo una conversación con el Diario AS.
“Hoy he recibido la peor injusticia que podría haber imaginado. Me han arrancado el corazón apartándome de mi amor más grande. No me rendiré”, así fue su primera reacción pública en redes sociales, el mismo día que se conoció la sanción. A día de hoy, muchos meses después, sigue sintiendo lo mismo. “Es difícil de explicar cómo estoy. Es como si tuviera algo dentro de mí que cada día me mata, porque no me dejan hacer lo que sabía hacer mejor, que era correr en moto. Lo extraño todos los días. Antes de acostarme cada noche y cuando me levanto cada mañana, me siento piloto de motos y entreno como si fuera un piloto. Vivo como si fuera un piloto, pero no puedo seguir pensando sólo en eso, porque si no me mato o me vuelvo loco totalmente”.
Cómo ha actuado la justicia según Andrea Iannone. “Lo que ha pasado conmigo tiene que ser un ejemplo para nuestro deporte y se tiene que encontrar una solución para el futuro con las reglas. Hay que hacer algo para evitar que nos encontremos en esta situación que no es justa. Si alguien hace algo que no está bien, claro que tiene que ser penalizado. Pero cada deporte tiene que ser diferente”.
No sabe si podrá volver a MotoGP, pero no ha perdido la ilusión. “Espero volver, pero no sé si como piloto. Es difícil pensarlo ahora. Cuando uno tiene un sueño, el sueño permanece y se puede poner en pausa para luego recuperarlo, pero no es justo pensar ahora si vuelvo o no como piloto. No puedo saber qué pasará en año y medio”.
El día que conoció su inhabilitación de la competición, hablaba de la inocencia. “El poder de la inocencia, y sobre todo, una conciencia limpia. Una sentencia puede modificar los actos, pero no al hombre”. Se siente tranquilo, con su inocencia. “Está demostrada. La FIM me consideraba inocente. Sufrí una contaminación alimentaria. No es que yo diga que soy inocente. Lo dicen ellos y también el test capilar que me hicieron”.
Mientras tanto, sólo le queda ver las carreras desde el otro lado del box, rendido al no poder subirse a la moto pero feliz de ver a su equipo, Aprilia, dando pasos hacia delante. Su proyecto con los de Noale se vino abajo, pero nunca dejaron de confiar en él. “Me hace muy feliz ver a Aprilia así de bien. Ahora han celebrado el podio de Aleix en Silverstone. Después de lo que pasó conmigo les tocó sufrir y ahora les están saliendo las cosas”.
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