Seguimos con la cuenta atrás diaria para que las MotoGP vuelvan a rugir en la temporada 2020. Hoy regresamos a España para hablar de un gran talento que aún está activo, Héctor Barberá.
Héctor Barberá fue un talento precoz ya que con 15 años, y dentro de la estructura de Jorge Martínez “Aspar”, debutaría en el Mundial sumando 50 puntos y acabando en 14ª posición. De la misma generación de otros campeones españoles como Pedrosa, Bautista o Lorenzo, Barberá empezó a demostrar su valía en su segunda temporada de 125cc donde con 16 años conseguiría dos victorias para acabar tercero en el campeonato.
Inolvidable su primera victoria en Donington Park 2003, es aún el 9º piloto más joven de la historia en ganar un Gran Premio. Aquel día Pedrosa y Perugini casi llegan a las manos tras la caída del “26” en la penúltima curva. Barberá estaba listo para luchar por la corona de 125cc en 2004, pero aunque ganó cuatro carreras perdió el título ante la sólida regularidad de Andrea Dovizioso.
Con el subcampeonato decide saltar a 250cc para enrolarse con Honda Fortuna de Dani Amatriain, con Jorge Lorenzo como compañero. El de Dos Aguas es eclipsado por las actuaciones de su compañero de equipo. Ambos darían un paso adelante en 2006 al cambiar de marca, pasando a llevar Aprilia. Aunque empieza bien e incluso gana el Gran Premio de China, se va diluyendo con posiciones alejadas al podio.
En 2007 cambia de equipo, para ir al Team Toth, manteniendo la Aprilia con la que había tenido sus mejores sensaciones. Consigue cinco podios para acabar quinto en el campeonato. Para 2008 mantiene el conjunto equipo/moto y su paso adelante es importante. Era tercero en el campeonato cuando sufrió una grave caída en los entrenamientos de Motegi, afectando sus vértebras dorsales, que hizo que se perdiera el último tercio del año.
Para 2009 Héctor cambia de equipo para recalar en el recién creado en 250cc de Sito Pons. Con su Aprilia RSA 250cc disputaría su mejor año, optando incluso al título mundial. 8 podios y tres victorias en Losail, Misano y en la cita final de casa, Valencia. Finalizaría el campeonato subcampeón del mundo, a 22 puntos del último campeón del cuarto de litro de la historia, Hiroshi Aoyama.
Así empezaría su carrera deportiva en MotoGP donde participaría desde 2010 hasta 2017, casi siempre con una Ducati satélite. Destacaba a una vuelta y por su regularidad sumando puntos, pero nunca consiguió llegar al podio. Hay que recalcar que nunca dispuso de material de fábrica para poder competir contra los mejores del campeonato.
En 2018 tendría su última experiencia en el Mundial, donde tras seis carreras en Moto2 con el equipo de Sito Pons, decidían poner final a su relación tras un positivo en un test de alcoholemia. Lamentablemente, este gran talento, subcampeón de 125cc y 250cc, pasó muchas temporadas en MotoGP con material poco competitivo, y se vio salpicado por polémicas personales.
En 2013 tuvo una pelea con su novia donde se agredieron mutuamente y por lo que fue detenido. Aparte del mencionado positivo al volante que le costó su plaza en el equipo de Moto2 y la retirada del carnet, la temporada pasada que estuvo en Supersport se vio envuelto en un extraño caso. Su moto, del equipo Toth, desaparecía durante la noche y el húngaro culpaba a Barberá de lo ocurrido.
Para 2019 empezó a participar en el British SBK y recientemente ha confirmado que repetirá en 2020, con la ilusión de volver a ganar carreras y optar a un título. Si por talento fuese, Héctor hubiese sido campeón del Mundo, pero le faltó la regularidad en 125cc y 250cc para quedarse subcampeón. En MotoGP nunca contó con material ni siquiera para luchar por podios.
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