
Seguimos la cuenta atrás de dorsales hacia MotoGP 2020 y hoy nos toca hablar de un piloto talentoso, ganador de Grandes Premios, que a su vez no ha sabido llevar un camino correcto en su carrera deportiva.
Wayne Gardner fue el primer australiano en conseguir el título Mundial, fue en la categoría reina de 500cc en 1987. Su sucesor Mick Doohan, con el que compartió equipo 4 temporadas, dominaría desde 1994 hasta 1998 el mundial, justo en año en que por primera vez se asomaría al campeonato nuestro protagonista del día, Anthony West.
Debutó en Phillip Island ’98 como “wild card” en la que sería la última victoria en casa de Doohan. Aunque no pudo entrar en los puntos, encontró sitio en 1999 para correr en 250cc en TSR Honda. En aquel momento se destapó como un piloto de futuro, incluso el posible sucesor de los grandes campeones australianos, logrando acabar 12º en la general con un sexto lugar como mejor clasificación.
Su carrera parecía tomar la proyección correcta y para el año 2000 va a parar a uno de los mejores equipos de la categoría, al Honda Shell Advance de 250cc con Tohru Ukawa como compañero. El japonés había sido el rival por el título la temporada anterior contra Valentino Rossi. En aquella temporada West rozó el podio en varias ocasiones, y haciendo gala de una gran regularidad, finalizó en sexta posición el campeonato.
Entonces su carrera da un giro y para 2001 salta antes de tiempo a la categoría reina, sin haber logrado un podio. Su moto tampoco es de las mejores, una Honda NSR 500cc V2 en un equipo privado. Aquello fue un desastre, para acabar en 18ª posición y quedarse sin equipo ni patrocinadores. Un golpe muy duro que cortó su proyección, llegando incluso a no participar en el campeonato en el 2002.
En 2003 reconduce su carrera y vuelve con nuevos bríos a 250cc con una Aprilia RSV del equipo Zoppini Abruzzo. Fue entonces como se consagró como un especialista en condiciones de lluvia, llevándose su primera victoria mundialista en “La Catedral”, Assen. Tres podios más iluminaron su palmarés aquel año con una segunda posición en Phillip Island, la carrera de casa donde cinco años antes había debutado.
Para la temporada siguiente mantiene equipo y cilindrada, pero los resultados no son tan brillantes. No llega al podio y finaliza en décimo primera posición el campeonato de 250cc, lo que hace que para 2005 vuelta a tener problemas y se queda sin equipo. Tras hacer un “Wild Card” en Francia, le llega su oportunidad con KTM. La marca austriaca decide embarcarse en desarrollar una moto en la categoría y confía en West para su debut.
En un Donington Park empapado, KTM hace su primera aparición con un especialista como West al mando. Dominó casi toda la carrera aunque al final tuvo que “conformarse” con una brillantísima segunda segunda posición que en KTM celebraron como si hubiesen ganado un Mundial. Un gran éxito el primer día juntos que lamentablemente no se repetiría, con una moto en desarrollo que daba muchos problemas mecánicos.
Su buen hacer con KTM le hizo ganarse plaza en el campeonato para 2006, de nuevo con Aprilia en el equipo Kiefer Racing en 250cc. No sirvió para dar un paso adelante, volviendo a acabar 11º al final. La temporada 2007 sería apasionante para West, porque aunque empezaría de nuevo en 250cc con Aprilia, la retirada de Olivier Jacque como piloto Kawasaki de MotoGP le abriría las puertas a la categoría reina de nuevo, aunque esta vez a otro nivel.
Esta vez, como piloto oficial Kawasaki en MotoGP desde la octava carrera del 2007, mostró buenas manos, al acabar todos los Grandes Premios en los que participó, siendo séptimo en dos ocasiones pese a participar con una moto lejos de ser de las mejores. Se ganó la confianza de los japoneses y en 2008 empezaría la temporada desde el principio, pero sus resultados no estuvieron a la altura. Aquello acabó con su racha ascendente.
En 2009 deja el Mundial de Grandes Premios y se va a Supersport, aunque en 2010 vuelve al campeonato dentro de la novedosa categoría de Moto2. No tiene la suerte de elegir un proyecto ganador, al fichar por MZ quedando habitualmente fuera de los puntos durante dos temporadas interminables. Aunque 2012 sería aún peor.
Fichaba por el equipo catarí en Moto2 con Elena Rosell como compañera de equipo. West daría positivo en un control antidopaje en octubre, motivo por el cuál se anularían todos sus resultados en el campeonato desde mayo 2012 hasta octubre 2013. Cuando parecía que su carrera deportiva estaba destruida, vivió en 2014 sus últimas grandes alegrías en el Mundial.
En Assen 2014, categoría de Moto2 con una “Speed Up”, exactamente 11 años después de su primera y única victoria en el Mundial hasta entonces, vuelve a ganar. El Gran Premio de Holanda se disputó bajo la lluvia, su mayor especialidad. En esas condiciones consiguió sus mejores resultados a lo largo de su extraña carrera deportiva. Conseguiría acabar la temporada en 12º lugar, aunque su carrera deportiva ya iba en un claro descenso.
Los últimos años en la carrera deportiva de West son turbulentos. Por un lado demuestra la pasión por competir, por la velocidad, llegando a lograr podios en el campeonato de Supersport 600. Desde 2016 hasta 2018 estuvo participando, pese a las dificultades económicas, hasta que en Misano 2018 saltó la noticia: un nuevo positivo en control anti dopaje. La FIM decidía entonces inhabilitar al piloto de forma indefinida. West siembre fue valiente, salvaje e indomable… y no dudó en cargar verbalmente contra los que según él, habían destruido su vida. Para el australiano competir en moto era y es, un modo de vivir.
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