Jorge Lorenzo analiza en exclusiva para el diario MARCA las diferencias entre una MotoGP y su Porsche de la Supercup.
Tras su retirada, Jorge Lorenzo se ha metido dentro de diferentes proyectos. Uno de ellos es como comentarista de DAZN y el otro es como piloto de coches, dejando las dos ruedas atrás para añadirle dos más. Ahora, Lorenzo confiesa que disfruta mucho más que cuando estaba en MotoGP y que no está obligado a asumir tantos riesgos a diferencia de cuando competía en el Mundial.
Lorenzo tiene muchos años de experiencia en MotoGP y eso le da la facilidad de poder encontrar diferencias entre una MotoGP y un Porsche de la Supercup en la que está compitiendo actualmente. Inicialmente comenta que puede ser totalmente diferente o muy similar, “similar en el sentido de que es gas y freno, tienes que girar, acelerar y frenar, hacer curvas y normalmente, se corre en los mismos circuitos“. “Es gasolina, es motor, es chasis, suspensiones, electrónica, aerodinámica, tienes que tocar botones, ahora en MotoGP también tienes que tocar muchos botones. Es muy similar en eso. El cronómetro manda. Tienes que competir con 20-30 pilotos, igual. Son neumáticos Michelin. Y son carreras“, añade.
El peso del piloto juega un papel importante
Una diferencia clara a la vista es que son cuatro ruedas en lugar de dos, “con lo cual, estás mucho más estático“. Lo contrario que con una MotoGP, en la que el cuerpo juega un gran papel “en la frenada, en la aceleración, en todas las curvas, el peso del piloto es importantísimo, es vital, cambia completamente el comportamiento de la moto“. “En cambio, con el coche, cualquiera puede pilotar uno“, agrega.
Hay trucos que todavía se le escapan al de Mallorca, como bien indica “los especialistas que de pequeños corrían en karts saben trucos que yo todavía no sé“. Una diferencia con la MotoGP son los neumáticos, según Lorenzo “son gigantesctos en comparación con la moto, mucho más planos“. Particularmente, el coche de jorge no tiene ABS y “es muy fácil de bloquear si te pasas un poco con el freno” y, explica que el problema es “que mueves un pelín el volante, algunos grados, mientras estás frenando y ya se bloquea“.
El peso marca una gran diferencia
Pero, si algo marca la diferencia con una MotoGP es la seguridad. El balear destaca que con el Porsche estás mucho más seguro y hay muchas barras “que hacen el coche mucho más compacto” y, “te sientes mucho más seguro“. Así pues, una moto supone un riesgo mucho mayor y, es evidentemente, un deporte mucho más peligroso, con el coche “es menos peligroso“. “Sigue siendo un deporte de riesgo, puede pasar, han pasado desgracias, pero son menores y es mucho más difícil romperte huesos y hacerte daño“, argumenta. Asmimismo, también explica que el peso es una diferencia importante: “1.200 kilos contra 150 kilos“. Por otro lado, poderte comunicar de forma directa con los ingenieros es importante y, con el coche hay radio, “en la moto no“.
Por último, el ex piloto de MotoGP compara la diversión y opina que por la presión que le suponía subirse a una MotoGP, “para mí es más divertido el coche“, en cambio en MotoGP “no estaba para disfrutar, estaba para ganar“. “Claro que disfrutaba y te gusta lo que haces, pero siempre sufriendo, siempre intentando llegar al límite. La moto te da un poco más de adrenalina. Sabes que inclinas, se levanta, puedes hacer caballitos… Después de estar 30 años de mi vida con una moto, me divierto más con el coche y me siento más seguro. No tengo esa sensación de salir a carrera y decir: ‘Ostras, que hoy podría tener la mala suerte de que me pase algo gordo’. Con el coche no tengo esa sensación“, sentencia Jorge Lorenzo.
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