Este año se cumplen 10 años desde que Marc Márquez vivió gran intensidad en la carrera de 125cc en Estoril. Ahora que ya es ocho veces campeón del mundo lo recuerda con cariño.
En 2010, Marc Márquez se jugaba mantener vivas las oportunidades para ganar el mundial de 125cc. La penúltima carrera de la temporada fue en Estoril, un circuito que no le beneficiaba en cuanto a su estilo. Además, cuando inició la carrera hubo bandera roja. Luego, en la vuelta de reconocimiento, sufrió una caída debido a las difíciles condiciones de la pista, por lo que tendrían que reparar su moto en tiempo récord. Finalmente lo consiguieron gracias al trabajo de su equipo y a mecánicos de otros equipos. Empezó en la parte de atrás de la parrilla, remontó y pudo ganar.
“Llegamos a Estoril con la mentalidad de ganar la carrera”, decía el ilerdense en un documental de DAZN. “Sabíamos que era un circuito que no era de mis puntos fuertes de pilotaje. Era un circuito donde había sufrido en el pasado”, admitía, a la vez que hablaba de la difícil meteorología del territorio. “En Estoril siempre puede llover, puede pasar de todo… Meteorológicamente cambia mucho. Me he visto la carrera repetida muchas veces porque pasó de todo, y más jugándote un Mundial. Era la penúltima carrera, alguien dijo que tenía que pasar esto, es un guión de película y no sale igual”, señaló.
“Al final en el paddock cada uno mira por su equipo, pero todos somos humanos y es una gran familia, esto es donde se reflejó. Gente de otros equipos trabajando en la moto para que pudiese salir en carrera, algo que pocas veces se ve. Fue todo al segundo. Por 10 segundos se pudo reparar la moto y pude salir a pista”
Cuando se cayó en la última curva durante el giro de calentamiento, se ve cómo Marc no suelta la moto. “Todo tiene una explicación: no suelto la moto porque el viernes me caí en ese mismo punto y la moto se destrozó. Había mucha grava y cuando hay mucha grava se destroza la moto. Por eso no la solté y fue la decisión correcta”, explicó Márquez. “Tenía 17 años, no sabía realmente lo que pasaba. Pero aquí todo el mundo estaba muy nervioso”, recordó la inmadurez que tenía como piloto en aquel entonces en el que metió la moto en el box, donde está prohibido arreglarla si quieres seguir participando.
Sin embargo, aunque tuviera mucha presión y no fuera consciente, resalta lo que hizo bien. “En esa carrera salía último pero hice mi mejor salida con una moto de 125cc. Salí muy bien y en la primera curva tienes que intuir hacia dónde va la gente y hacia dónde habrá hueco. Era una carrera muy corta, de muy pocas vueltas y tenía solo en el punto de mira quién estaba primero. Justo estaba Nico Terol, que era el piloto con el que me jugaba el campeonato”, contó el ahora piloto campeón de MotoGP. “Bradley era su compañero de equipo, que tenían órdenes entre ellos de sobre todo no molestarse. Estaba compitiendo contra dos”, aseguraba acerca de los pilotos que le pusieron difícil aquella victoria.
“Encima de la moto la última decisión es tuya”
“Mi objetivo era camuflar o arreglar de alguna manera el error que hice en la vuelta de reconocimiento, que fue un error muy grave. Pero una vez en la salida, mi objetivo era ganar la carrera, me daba igual el campeonato”, confesó Marc Márquez. “Lo que me han enseñado siempre es que encima de la moto vas solo. Tienes todo un equipo detrás que trabajan muy duro y son parte de tus victorias, pero encima de la moto la última decisión es tuya. Es ahí donde tienes que seguir tu instinto”, tenía en cuenta a todos los que le rodean.
La carrera fue una batalla contra Bradley Smith y Nico Terol, y gracias a la constancia de Marc pudo ganar a ambos para acomodar el título hacia él para el GP albergado en Cheste, el último del año. “En la última vuelta nos adelantamos un par de veces y al final en la línea de meta pude cruzar primero. Fue lo más importante. Poder ganarla fue increíble. Se ve la euforia del equipo, y sobre todo porque el Mundial quedaba bastante encarado para la última carrera”, zanjó el piloto del Repsol Honda.
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