Los pilotos de MotoGP, salvo fuerza mayor como una lesión, hablan siempre con la prensa del circuito, pero Maverick Viñales no lo hizo al acabar el Gran Premio de Italia.
No está siendo la temporada que Aprilia esperaba. Partían como la amenaza de la todopoderosa Ducati, en su primera temporada sin concesiones y tras seis Grandes Premios han dicho prácticamente adiós al título. Aleix Espargaró es 9º del campeonato con 54 puntos y Maverick Viñales 10º con 53 y el único logro destacable, es el podio que este último logró en Portimao, la cita inicial.
Viñales llegaba con ilusión a Mugello de volver a pelear por las primeras posiciones, ya que en la mayoría de carreras había mostrado un patrón parecido: clasificatorio difícil, mala salida en carrera para quedarse atrás, después remontada a lo largo de la carrera para acabar con buen ritmo. La remontada nunca es suficiente para llegar a los puestos que aspira por su talento y por la moto que tiene, que podemos decir que ahora mismo está por detrás de Ducati y KTM.
El viernes vio como Marc Márquez le cogía rueda para meterse en Q2 y Viñales se quedó fuera por una posición. Ya en sus declaraciones se mostró algo molesto con ello, afirmando que frenaría si tuviese gente detrás. El sábado no fue mejor, ya que confirmó que se quedaba fuera de la Q2 y no pudo puntuar en la Sprint Race. La carrera de ayer domingo fue bastante decepcionante, para acabar en 12ª posición a casi 20 segundos del ganador, Pecco Bagnaia.
Viñales había dicho ya varias veces este año que tenía buenas sensaciones y que sólo le quedaba ordenar todos los factores para optar a la victoria. En Le Mans de hecho salió con decisión, pero se cayó en aquel incidente de carrera junto a Bagnaia. Pero Italia ha supuesto un “palo” enorme a su moral, tanto que el domingo tras terminar el Gran Premio no compareció para hablar con la prensa. Algo nada habitual entre los pilotos de MotoGP, salvo fuerza mayor.
Para saber sus sensaciones de Mugello sólo podemos remitirnos al comunicado de prensa de Aprilia, donde dijo: “Fue un fin de semana y un día difícil, nunca pude encontrar un agarre aceptable, especialmente en la parte delantera, tanto que era difícil incluso mantenerse en la moto. En carrera empecé a perder adherencia a partir de la segunda vuelta y sólo en los tramos finales pude adelantar. Por supuesto tendremos que analizar los datos y entender por qué nos ha pasado esto. Y seguir trabajando para mejorar”
De sobra es conocido el enorme talento que Maverick Viñales atesora y que su salida de Yamaha, renunciando a tanto dinero, para ir a Aprilia, fue una apuesta valiente. Para 2023 confiaba en poder optar al título, pero todo se está torciendo. Cuando está frustrado le cuesta expresarse y a veces llega a decir cosas que después le pesan. Seguramente se sentía tan mal tras la carrera de ayer, que por eso decidió no hablar con nosotros, pero confiamos en que pronto vuelva a coger moral para seguir empujando hacia lo más alto y que nos cuente sus sensaciones.
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